Montt, una voz propia que es la de muchos

Montt captura la mirada de buena parte de su generación

Leer ¡Mecachendié!, del chileno Alberto Montt permite constatar varias cosas. La primera es que, formalmente, no hay diferencias respecto al ¿Quién es Montt?, publicado el año anterior por Ediciones de la Flor y cuyas ventas sorprendieron a propios y ajenos. Ambos libros son recopilaciones de los chistes de una viñeta que el autor publica en su blog Dosis Diarias y que tiene una increíble cantidad de seguidores. Ilustraciones acompañadas por un texto corto y que abrevan en multitud de referencias a la cultura pop, pero también en una mirada ácida sobre la imaginería católica.

Para no repetir lo ya dicho en la reseña anterior, conviene apuntar a lo que revela el libro sobre el presente autoral de Montt y sobre el impacto que genera en su público. Lo primero se comprueba con la lectura en sobredosis de su trabajo, lo segundo siguiendo un poco el fenómeno en eventos públicos como la Feria del Libro.

En ¡Mecachendié! el lector se encuentra con un Montt muy consolidado tanto estilística como formalmente. Basta ver a la distancia un dibujo para reconocer inmediatamente el trazo del chileno. Es evidente la seguridad con la que trabaja, una solvencia acumulada en años de experiencia publicando online, pero también sabiendo que esas viñetas son buenas y que tendrán la recepción adecuada. Montt tiene claras sus ideas y la confianza de saber cómo transmitirlas Cuando se trabaja con esa seguridad lo que sale es un producto muy sólido, constante y que sin ser «fácil» llega con fuerza a los lectores.

En una viñeta Montt mezcla dos de sus temas predilectos

Y los lectores son la otra pata importante de Montt. Algo de lo que sigue sugiere Malena Pichot en el prólogo, pero bien vale desarrollar la idea, al menos en la forma de una hipótesis. Lo que consiguió el chileno fue aglutinar a un público que empezó a conformarse lentamente con el ascenso de las redes sociales y que, a grandes rasgos, se podría caracterizar como jóvenes (en sentido amplio) de clase media urbana e instruida (nuevamente, en sentido amplio) y con intereses artísticos afincados en la cultura pop. Un colectivo que empieza lentamente a reconocerse como transnacional, que gusta del buen diseño y que, a la hora del humor, valora mucho la ironía y el ingenio. Y de diseño, ironía e ingenio, Montt tiene a carradas.

No en vano muchos chistes que el lector encuentra en ¡Mecachendié! (y que acompañan esta reseña) tienen que ver con el diseño, sea en alusiones a gráficos, colores o esquemas; o a la cultura pop compartida, como La Guerra de las Galaxias o los superhéroes. Y claro, también a la jerarquía eclesiástica, que como toda figura de autoridad tradicional, normalmente es de las instituciones peor vistas por los jóvenes caracterizados hipotéticamente en el párrafo anterior.

¿Suma algo de todo esto a la hora de leer el libro? Probablemente no. Quizás sí sume algo a una segunda lectura, que en casos de buen nivel como este siempre vale la pena hacer. Porque ante todo, ¡Mecachendié! es un buen libro, sólido, prácticamente sin fisuras y que, sobre todo, hace reír.

Montt atraviesa una etapa de enorme solidez autoral

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Ficha Técnica

¡Mecachendié!

Autor: Alberto Montt

Género: humor gráfico

Editorial: Ediciones de la Flor

Lanzamiento: abril 2012

Origen: Chile

Páginas/papel: 128, 15 x 22 cm.