El lugar en la historia

El santafesino Estinslao López, desde las memorias de su hijo

«… para remitir a un orden unanimista no dispuesto a tolerar disidencias». La cita es de uno de los artículos que incluye Aquí Mismo II: Santa Fe, la invencible -una historieta histórica mechada con textos- y debería bastar para saber qué esperar de este libro destinado a estudiantes de las escuelas secundarias. El título conserva el apoyo estatal (declarado de «Interés Cultural y Educativo» por la Secretaría de Cultura de la Nación) y mantiene similares virtudes e inconvenientes de su primera entrega.

Por un lado, ofrece una mirada distinta de los «próceres» patrios que es distinta de la que se presenta tradicionalmente. Lo que la serie Aquí Mismo propone desde los artículos de José Hugo Goicoechea es un análisis con perspectiva santafesina que discute con la historia hegemónica,esa que suele presentarse como «nacional» pero que responde a la herencia centralista. Una nutrida bibliografía y fuentes de consulta de primera mano respaldan las propuestas del docente de la Universidad de Rosario, quien apela mucho a las citas de cartas que intercambiaron los protagonistas de esos primeros años independentistas nacionales.

Eso por el lado de los artículos. La historieta lleva la firma del guionista uruguayo Rodolfo Santullo, aunque el estilo narrativo permite suponer que no es el único que metió mano en el resultado final. La parte gráfica, como en el tomo anterior, está a cargo de los nicoleños aquelarrenses: Marcos Vergara, Federico Baert y Caio Di Lorenzo.

Contra las buenas (e interesantes) intenciones que propone el libro, sin embargo, corresponde señalar algunos inconvenientes formales o retóricos.

No queda claro el rol que cumple la historieta, ¿es central o sólo ilustrativa?

Estos problemas son múltiples. Por un lado, al igual que en «La villa de la Constitución», los textos usan un lenguaje muy complejo, sobre todo considerando el lector de escuela secundaria al que -se supone- apunta. Está claro que como material pedagógico Aquí Mismo exige el acompañamiento docente. El problema es que le cuesta sostenerse más allá del profesor de turno. Sin conocimientos previos claros sobre los acontecimientos es difícil «entrarle» a los artículos del libro, que dan muchas cosas por supuestas.

Los pasajes «historietizados» sufren un inconveniente similar, aunque menos marcado. Muchas veces narran algo que se explica después y por momentos dan la sensación de ser sólo un acompañamiento para los textos. ¿De dónde sale cada protagonista? ¿Para qué juega? ¿Qué busca y consigue? No siempre es fácil saberlo. No sin antes leer las notas, al menos. Parece haber cierta indefinición. ¿Las historietas están para ilustrar los temas o los artículos para anclar las historietas?

En lo estrictamente historietístico, hacia el final el guión parece sufrir un cambio de timón brusco. Aunque en la mayoría de las páginas hay muchos más cuadros de texto de los que acostumbra el guionista uruguayo (seguramente por la necesidad de ordenar un montón de información contextual), en las últimas páginas hay una ruptura en el estilo de escritura, que se pone particularmente pomposo y solemne.

Aquí Mismo II sigue siendo un material valioso y que rescata un tema interesante, como el desarrollo de una provincia clave en el armado del Estado Nacional y de una de sus figuras fundamentales (Estinaslao López -cuya casa está siendo restaurada-). Sin embargo, sigue presentando algunas dificultades para su lectura.