A la nota de apertura, publicada el mismo jueves que dio comienzo Comicópolis, hay que sumar otros tres artículos publicados en Página/12:
– Una entrevista con el francés David B. (sí, es cierto, salió con una foto equivocada, fruto de un error en la edición);
– Una entrevista con el holandés Joost Swarte (hombre de ideas claras como pocos);
– Un pequeño balance de esta primera edición.
Además, para los lectores de Cuadritos, una crónica del homenaje a Quino, en la jornada de apertura, que por problemas de espacio no llegó a publicarse en el diario.
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El jueves a la tarde la Nave de las Ciencias, de Tecnópolis, estaba casi colmada. Tiene espacio para 950 personas y apenas quedaban algunas filas vacías muy arriba. Adentro había aplausos. Muchos aplausos para un hombre de saco gris que, despacio, entraba caminando al escenario con un bastón. El hombre es Quino. El creador de Mafalda fue homenajeado en la apertura del festival de historieta Comicópolis, que se realiza hasta el domingo, y en el mismo acto fue ungido padrino oficial del encuentro.
“Nosotras vinimos desde Catamarca, es una oportunidad única”, explicaban en la puerta un grupo de mujeres. Tal como esperaban los organizadores, entre el público específicamente comiquero se mezclaban los visitantes habituales del predio de Villa Martelli y decenas de bibliotecarios que por la mañana asistieron al IV Congreso Nacional de Bibliotecas Populares y transcurrieron la tarde de pleno sol a la espera de Quino y su ingenio.
El homenaje tuvo la conducción del locutor y periodista Sebastián de Caro y las intervenciones del también humorista Miguel Rep. De Caro se confesaba con un peso enorme por participar del acto. “A mí Mafalda me cambió la vida como a todos ustedes y encima llego y me dicen que hay una carta de la presidenta para el maestro, y que tengo que leerla”, contó. En su esquela al “querido maestro”, Cristina Fernández recordó la videoconferencia en la que Quino le deseó “mucha suerte con esa changuita de gobernar el país”. Además, la presidenta agradeció a Quino su participación como padrino de Comicópolis y destacó que “sus creaciones tienen ganado un lugar de privilegio en la cultura argentina, porque podían decir las cosas cuando nadie podía hablar” y consideró que “Mafalda aún nos acompaña cuando tenemos que discutir”. Además, Fernández pidió al humorista que “nos siga iluminando con su talento”.
A lo largo de poco más de una hora de charla Quino recordó sus comienzos como dibujante, la creación de Mafalda y su perspectiva sobre el humor gráfico. También rescató especialmente sus páginas de humor y se permitió contar un par de anécdotas sobre Carlos Bergoglio antes de ser el Papa Francisco.
“Tengo un problema, porque todo el mundo me habla de Mafalda, pero la hice sólo durante diez años, y humor hice durante 50. Eso me seca un poco”, comentó Quino ante un auditorio que, paradójicamente, estaba allí ovacionándolo sobre todo por la niña contestataria. “Le debe pasar lo mismo a ciertos cantautores, que quizás la pegan con un tema y después se los siguen pidiendo, y con lo que más les gusta no pasa nada”.
Quino asegura que prefiere sus páginas de humor y Rep reconoce en ellas “al auténtico Quino”, aunque el octagenario dibujante acepta que para la gente es mucho más fácil identificarse con Mafalda, pues siempre es más fácil un personaje fijo que un chiste que cambia de formato todas las semanas. “Oski tenía un personajito que se llamaba Amarroto y él me decía ‘no te metas a hacer un personaje fijo porque te esclaviza’, y tenía razón”, comentó.
El de Página/12, en tanto, destacó que “Quino es un radar, capta en una imagen algo que está pasando, cosa que quizás los filósofos no hacen, porque lo suyo es otra cosa. Y reflexionó que “cuando no saben qué decirnos nos acusan de filósofos, de poetas, ¡hasta de abogados! Nos quieren endilgar una academia que no tenemos ni queremos, porque lo nuestro va más por el lado de la intuición”. El maestro concedía el argumento “la gente me dice que soy un genio, ¡no! ¡Apenas soy ingenioso!” De cualquier modo, Rep reconoció en la obra de Quino una enorme influencia cultural. “Yo soy uno antes de leerlo y otro después, antes yo era de García Ferré, Pequeña Lulú, pero conocerlo a él es entregarte al humor gráfico más inteligente, a lo interdisciplinario, darle bola al teatro, al ensayo, la literatura, el cine. Él me abre todas esas puertas”.
El impacto de Mafalda resulta incuestionable. Incluso se cuela en las anécdotas que Quino guarda sobre el ahora Papa Francisco. “Bergoglio era cardenal y fue a dar una conferencia a Caritas y le dijo a la gente que quien se acercaba allí debía cambiar su filosofía de vida, no dedicarse sólo a ganar dinero”, recordó Quino y aseguro que entonces el prelado citó el conocido chiste de Mafalda en el cual Susanita sueña con hacer opulentos banquetes de beneficencia “para comprarle a los pobres fideos, arroz, polenta y todas esas porquerías que comen ellos”. “Bergoglio interpretó muy bien ese chiste, es un actor muy cómico”, afirmó Quino.
– ¡Pero Quino es más grande, duró más!
– Yo no soy creyente, pero es un enemigo en eso, en cuanto va a aumentar la cantidad de cristianos en el mundo.
– Pero es un enemigo a nuestra altura, ¡es argentino y tiene humor! ¡Nos cagó!
“Cuando fueron mis 80 años el diario del Vaticano sacó una notita y publicó dos tiras de Mafalda…, ¿pero cómo? ¡Esa gente no entendió nada!, pensé”, contó el maestro. También señaló que en alguna ocasión Aldo Rico usó sus dibujos para hacer campaña y, en tren de destacar incoherencias, confesó que estando en el aeropuerto de Bariloche, compartió espacio con Silvia Suller. “Los chicos iban a sacarse fotos con ella y venían corriendo a sacarse una foto conmigo, ¿cómo es la cosa? ¿Les da igual?”, terminó entre aplausos.
Hacia el final, antes de enfrentar la extensa cola de fans que querían un dibujo y un autógrafo suyo en los múltiples libros (mayoría de Mafaldas, claro), recordó la carta de la presidenta. “Siga con la changuita de gobernar”.