Hoy es el Día del periodista. Normalmente, eso suele someter a los lectores a incordios de distinto tipo: leer (otra vez) la cantinela del legado de Mariano Moreno, recordar (¡el horror!) al bienmuertoestás Neustad o una discusión sobre ética periodística. Esta vez no.
Esta vez yo, Andrés Valenzuela, el tipo que escribe estas líneas y produce Cuadritos hace casi cinco años, les pido que aguanten un poco y se lean esto hasta el final. No es tan largo, tampoco. No desesperen.
Hoy los periodistas de la rama gráfica hacemos paro. En diarios, revistas, portales web y agencias de noticias, hoy, no trabajamos. Sí lo harán los mandamases, claro, y alguno que otro que olvidó que él también empezó picando cables. También habrá presencia en dos redacciones donde, sin embargo, habrá otras medidas de protesta.
¿Qué significa esto? Bueno, las agencias de noticias internacionales y las nacionales como Télam, por ejemplo, prácticamente no enviarán artículos a sus suscriptores. Los lectores de portales como MinutoUno.com o Infobae.com casi no encontrarán actualizaciones. Como mañana no salen los diarios económicos, hoy El Cronista Comercial y Ámbito Financiero, por ejemplo, salieron sin firmas. En Página/12 y Tiempo Argentino no se trabaja, así que las ediciones de mañana saldrán con notas «de parrilla» y sin firmas (puede que eso incluya alguna mía, entregada hace varios días y aún no publicada). Varias revistas, como Gente, saldrán sin firmas en sus próximas ediciones, también en adhesión a la medida. En Clarín y La Nación los compañeros no paran, pero ello no se debe a falta de solidaridad gremial, sino a una relación de fuerzas: en Clarín, por ejemplo, hasta hace un año no había comisión interna de delegados ni asambleas en las redacciones. Y era impensable que sus periodistas quitaran sus firmas como medida de fuerza. Hoy sí. Es un avance.
Buena parte de la lucha, en fotos y con más información se puede ver en este sitio.
¿Y por qué paramos? Porque estamos a junio y aún no hay nada definido con las Paritarias de este año. Porque fueron necesarias varias medidas de fuerza para sentar a las patronales a la mesa de negociación y sus primeras ofertas fueron vergonzosas. Sin pormenorizar, valen dos datos a modo de ejemplo, apenas: ofrecieron sólo un 19 por ciento sobre el sueldo básico (que, como cualquier asalariado sabe, está bastante lejos del sueldo «posta»). Para quienes, como yo, somos colaboradores o «freelance», los delegados paritarios reclamaban una monto mínimo por colaboración de 1000 pesos. Las empresas ofrecen 150. 150. Para mensurar lo ridículo de la cifra, baste decir que es algo menos de la mitad de lo que pagan una nota normal en Página/12, que toma -a groso modo- unas seis horas para producirse y escribirse. El consuelo: por primera vez las cámaras empresarias aceptaron en un documento escrito oficial la existencia de quienes ayudamos a hacer los medios.
Acá los cumpas del diario amplían la información.
No creo en el #findelperiodismo que pregonan muchos. No lo veo en las redacciones que visito, en gente rompiéndose el lomo para sacar un buen diario, una buena revista, en reuniones hasta las tres de la mañana buscando ideas nuevas para el próximo número. Sí sé que parte de poder hacer buen periodismo es poder vivir dignamente de él, como aspira cualquier laburante con su trabajo. Y que si en la tapa de cada diario los dueños de los medios pelean para un lado u otro de la tajada política, en eso están bien abroquelados para no soltar un mango.
Por eso hoy los periodistas paramos. Y desde donde podemos, les contamos esto. Esto también es luchar por un mejor periodismo. Y es una lucha donde los lectores también pueden participar. Por eso, parafraseando a un grande de este oficio, les pido:
Reproduzcan esta información, háganla circular por los medios a su alcance: compártanla, retwiteénla, mandela por mail, cuéntenla.