Están gordos y venidos a menos. Malviven los años noventa lejos del champagne y tienen unas cuantas decepciones sobre sus espaldas. Recorren los pueblitos aislados del país y, cada tanto, se agarran a trompazos con algún lugareño. Bastaría agregar algún elemento algo trash para imaginárselos como protagonistas de una película de Quentin Tarantino. Pero no, si Vitamina Potencia fuera un film, estaría mucho más cerca de una cinta costumbrista con una gran cuota de acidez. Sería, conviene apurarse a aclarar, mucho mejor que la mayoría del cine costumbrista vernáculo, pues evita sus principales defectos: lo meloso y el mensaje aleccionador.
Vitamina Potencia narra las desventuras de dos luchadores de catch que tuvieron su apogeo durante la década del 70, tuvieron fama (dinero no mucho) y posibilidades de crecimiento internacional, y aguantan 1994 recorriendo las rutas del interior comiendo las migajas de su popularidad perdida. Los luchadores se llaman Milton Kodadonga y Lagartija Gómez, y andan juntos vaya uno a saber desde cuando. Lo suficiente como para poder gastarse mutuamente y recordarse cosas dolorosas sin ofender al otro.
La historia se publicó originalmente por capítulos autoconclusivos, pero continuados, en la revista Fierro. En total son poco más de un centenar de páginas que invitan a conocer el presente (1994) de los personajes y también algunos sucesos importantes de su pasado. Estos flashbacks tienen enorme peso en el relato, al punto que los autores (Federico Reggiani y Ángel Mosquito) se permitían utilizar un puñado de capítulos enteros dedicados a ellos en su publicación original. También hay uno o dos capítulos donde Milton y Lagartija ni aparecen y el protagonismo recae en personajes secundarios. ¿Por qué? Porque el desarrollo de los personajes es clave para la historia. (more…)