
Santullo, en el trazo del cordobés Nicolás Sánchez Brondo
Cuando se publicó la primera entrevista a Rodolfo Santullo, tres años atrás, el guionista uruguayo empezaba a destacarse por estas costas. Empezaba su segunda serie en Historietas Reales (Valizas, junto al nicoleño Marcos Vergara) y venía de visita al país para presentar Los últimos días del Graf Spee en el festival internacional Viñetas Sueltas de 2009. Desde entonces, sin embargo, su situación cambió notablemente. Como autor, empezó a publicar en la revista Fierro junto a Dante Ginevra, ganó aún más subsidios de los Fondos Concursables de Cultura de su país, obtuvo el Premio Solano López al Mejor Guión en la Feria del Libro de 2010, y ahora mismo tiene una parva de libros prontos a salir. Pero su crecimiento no se limita a eso, el sello Grupo Belerofonte -donde oficia como editor- se consolidó y sus colegas lo reconocieron eligiéndolo presidente de la flamante Asociación Uruguaya de Creadores de Historieta.
Una labor enorme que a primera vista parece inabarcable. Que el lector no se confunda: a segunda y tercera vista… ¡sigue pareciéndolo! Repasar la casi hora y media de (des)grabación sólo confirma lo difícil de condensar tantos temas en una sola entrega. De modo que tocará repartir la entrevista en dos partes. La primera, que se publica aquí, observa al Santullo-editor y al Santullo-presidente. Para el próximo domingo queda pendiente mirar al autor, con su buena media docena de proyectos en curso y su trabajo como escritor.
«Al margen de que soy periodista, historietista y escritor, también tengo que ser editor», empieza por señalar Santullo, en cuanto suena el nombre del sello. Los años de trabajo aceitaron la plataforma que le ofrece Belerofonte, pero que de cualquier modo supone mucho trabajo. Por el momento, la editorial forma una parte mínima de sus ingresos personales, aunque logró superar «la barrera de que cada libro le paga a sus autores y saca el que viene», cuenta y confía en que la situación de la editorial será más cómoda conforme crezca el caudal de libros. Canillitas, coeditado con LocoRabia y presentado la noche anterior a la entrevista en el Malba, es el 18º libro del sello) «Algunos libros están agotados y luego hay un montón donde ya se le pagó al autor, se pagó la inversión y cuando vendo otro ya es ganancia libre, y además lo que paga los libros nuevos son los inmediatamente anteriores».
La historia empezó bastante antes y, como suele suceder en América Latina, más por fuerza que por gusto. «Cuando nos juntamos con Ignacio Calero y Gabriel Chicariello para fundar Belerofonte no había otra: si querías publicar historieta en Uruguay, tenías que tener una editorial. Mejor dicho, tenías que autoeditarte», recuerda. El grupo decidió dar un paso más y no limitarse a sus propios trabajos. «Considerando que después Calero y Chicariello se bajaron del proyecto, más aún tenía que ser un lugar abierto a otros libros», reconoce. En la lista de trabajos que siguieron llegaron autores como el coterráneo Renzo Vayra, o el argentino Quique Alcatena.
Algunos de esos libros, como Acero líquido, son fruto de la coedición con otros sellos, entre los que destaca el argentino LocoRabia. Para Santullo, este fue un paso natural. «Si tenés amigos que hacen lo mismo que vos, como Alejandro y Marcos, que sacan sus libros por su proyecto editorial, donde de uno formaste parte, y empezás a decir nos interesaría el mismo libro, ¿por qué no aunar esfuerzos? Eso hace que sea más económico, que le puedas ofrecer al autor que su libro esté distribuido en dos países, que te ahorres muchos de los inconvenientes que puede tener la distribución inter-países, y que donde vos tenías pensado en sacar un libro, puedas sacar dos». La experiencia que comenzó con sus colegas argentinos continuó con sus pares y compatriotas de Ninfa Cómics y Dragón Cómics. «Y no me cierro: si me vienen a buscar con uan buena propuesta…». (more…)