Cuadritos, periodismo de historieta

junio 2, 2013

Chinaski: «me apoyo en mí misma como una muletita»

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«Si se filtrara todo estaría haciendo tiras del Sapo Pepe». Foto: Feli Markous.

A lo lejos se escucha la vocecita de una niña. Helenita no llega a los cuatro años y su hermanita, ni siquiera a los tres meses. Cambió mucho la vida de Caro Chinaski desde que Cuadritos la entrevistó en enero de 2009. Desde entonces fue madre dos veces y parió la primera tira de un diario nacional dibujada por una mujer: Hija de vecina, cuya recopilación lanzó Editorial Atlántida para las últimas navidades. La selección de chistes publicados en el matutino Tiempo Argentino trazan un panorama amplio de su trabajo allí y un personaje de rasgos elusivos que -advierte ante las preguntas- es «el mismo», pero ahora sólo en parte puede relacionarse con su propia vida y aunque pone mucho de sí allí, en ningún momento menciona siquiera la palabra «autobiográfico».

En este sentido, Hija de vecina supone un quiebre en la carrera de Chinaski. Quiebre historietístico, pues supuso abordar el formato de tira más tradicional, y quiebre estilístico. «Había hecho dos o tres tiras en mi vida y me parecía un formato muy reducido», recuerda sobre sus experimentos con el formato y el brevísimo instante como dibujante invitada en Macanudo, el espacio de Liniers en el diario La Nación. «Cuando me llamaron de Tiempo me dijeron que el tamaño era así y para la prueba no tuve que hacer una, ni dos ni tres, sino un montón, y ahí me encantó el formato, ahora me cierra todo».

Prácticamente miembro fundadora de Historietas Reales, hasta llegar a la contratapa del diario Chinaski sólo había trabajado viñetas sueltas (en su sitio Oh, no) y de seis en Indecentemente cursi (dentro de H.R.). O incluso más extensas. «Encontrarte con la tira alargadita te permite jugar con otras cosas, como hacer una viñeta alargada o que una parte del chiste, del personaje o del a misma viñeta se meta en la siguiente», detalla y reconoce que también facilita la llegada al lector. «Es un formato que la gente está megaacostumbrada a leer», considera y apunta a Go Comics, el portal donde aparecen tiras de todo el mundo y la gran mayoría refleja el formato alargado con tres o cuatro cuadritos. (more…)

abril 8, 2012

«Me siento y escribo»

"La historieta es un muy buen receptáculo para la historia oral"

«Así dicho suena fácil», se le reclama al guionista uruguayo, que en algún momento de la entrevista describe así su método de trabajo, como si tal cosa. «Me siento y escribo», asegura Rodolfo Santullo con sencillez.

– No sé si es fácil o difícil. Yo soy muy disciplinado para escribir. Descreo en lo absoluto de conceptos como “inspiración”. Creo en que hay que entregar tantas hojas. Por ejemplo, en los novelas me hago planes de entrega, que después puedo cumplir o no. Cuando hacés eso, vos te sentás y escribís. No digo que siempre vayas a hacerlo bien, pero tenés que hacer para llegar al punto en que mirás para atrás y decís “esto lo tengo que cambiar”. Si te quedás esperando el momento de inspiración, siempre vas a encontrar algo más divertido que hacer, desde jugar a la Playstation, salir a caminar o irte a cenar con tu mujer.

Un oficio.

– ¿Ves? En ese sentido la historieta es mucho menos amable que la literatura. Si vos en literatura decís “llevo tres años sin escribir porque no he encontrado mi inspiración”, vas a encontrar un montón de gente que te dice “sí, claro, es difícil”. Si como historietista digo lo mismo, no voy a encontrar un editor en el mundo que me tenga en cuenta. ¿Querés publicar en Fierro? Perfecto, mi negro, antes del 15 de cada mes le tenés que entregar a Dante Ginevra el guión porque él necesita al menos 15 días para tener pronto el capítulo. Es más, deberías tenerlo antes. Al mismo tiempo es como mucho más aceptado que la historieta te paga. ¿La literatura? Nah… un porcentaje de derechos de autor. Vos no ves un mango salvo que te ganes un premio. Y hablamos de una minoría. Mientras que con la historieta vos vas juntando de acá y de allá, sacaste dos o tres historietas, y es un sueldito. Si no vivís de eso, complementa. Y tenés que tener la disciplina de cumplir como un trabajo.

Sentarse y escribir no parece un método que le vaya mal a Rodolfo Santullo. Tiene varias novelas policiales publicadas, reparte guiones de historieta en distintos frentes y ejerce como periodista cultural en el matutino montevideano La diaria. Además, como relató el domingo pasado a Cuadritos lleva adelante su propio proyecto editorial (Grupo Belerofonte) y es presidente de la Asociación Uruguaya de Creadores de Historieta (A.U.C.H.), creada a mediados del año pasado.

Pocos autores deben, como él, tomarse tanto tiempo para enumerar los proyectos en los que participa. Ante el grabador de Cuadritos, mientras se escancia el vino y vuelan unas aceitunas, intenta ahondar en ellos y contar cómo encara cada laburo con las viñetas. (more…)

diciembre 4, 2011

Zalazar, él, y él mismo

Filed under: Cómic argentino,Entrevistas — Andrés Valenzuela @ 10:00 am
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El juego con su yo-interior, uno de los elementos claves del trabajo de Zalazar

Cuando el blog colectivo Historietas Reales nació, pocos conocían a Fabián Zalazar. No había pasado la experiencia de los fanzines unos años antes y su hoja de ruta como humorista apenas incluía un paso por un semanario quilmeño y otro por el sitio PortalComic. La única entrevista que le habían hecho al respecto, incluso, jamás había llegado a publicarse. Sin embargo, en esa nota malograda conoció a Max Aguirre y a Mr. Exes, quienes poco tiempo después lo convocarían para sumarse al portal inaugurado por Federico Reggiani. Seis años y más de 300 tiras después, Zalazar puede jactarse de tener una asistencia digital perfecta que ninguno de sus compañeros ostenta y una puntualidad asombrosa: publica cada lunes su tira Yo, conmigo a las 00.03.

Aunque el paso por HR no le abrió tantas puertas como a sus compañeras, él asegura estar más que satisfecho con la experiencia. Un libro recopiló muchas de sus tiras hace algunos años y –anticipa– probablemente habrá otro (con el resto de sus trabajos en otros medios) el próximo año. Califica el proceso de estos seis años como “generoso” y sonríe pícaro.

“No sé cómo hice. No pensaba llegar ni a la décima, pero después que pasás la 100 ya vas en piloto automático y a esta altura ni sé cómo sería no hacerla”, confiesa. Todo es cuestión de método, reflexiona y cuenta que dedica los domingos a dibujar siempre que no haya “resaca o que salir”, en cuyo caso acomoda los tiempos y se sienta a trabajar viernes o sábado. “Pero generalmente es el domingo a la mañana y ya llego con la idea, que se hace en el colectivo, en el baño, en la ducha, pero nunca pensando quieto, las ideas vienen con el tránsito”. Con la idea en mente, lo que sigue, asegura, es mecánico. “Sentarse y dibujar tranquilo, mientras tomo algo”.

Diez años atrás no se imaginaba eso. Cuenta que “truló” con la historieta francesa. “Spirou y toda esa cosa, ahí me dio ganas de hacer”. Copiaba o dibujaba, e incluso recortaba sus propios dibujos y los usaba a manera de muñecos de papel. “Y tenía 11 o 12 años cuando Ediciones Record sacó el Eternauta a color, y ahí trulé de vuelta”, recuerda. Sus comienzos fueron auspiciosos, con alguna mención en concursos de la revista Skorpio. “Me recibió (Juan) Zanotto, me decía esta composición está buena, ¡pero yo quería saber si me iba a publicar algún día! Y si a mí me das a entender que no, yo me doy por vencido, en esa época, ahora más o menos”. La misma experiencia la pasó con la vieja Fierro. (more…)

julio 19, 2011

Unas pulsiones para reinventar el mundo

Una novela que reflexiona sobre el conocimiento

Las ganas construyen un mundo. Las hormonas voltean aviones y despiertan cuervos. Algunas ideas sueltas, pero superficiales, que surgen al leer El cuervo que sabía, uno de los tantos relatos que Kwaichang Kráneo publicó semanalmente en el sitio colectivo Historietas Reales y que ahora recopiló en un tomo bien editado el sello cordobés Llanto de Mudo. Pensamientos al azar de un libro con muchas lecturas y de un potencial interpretativo enorme.

El vástago más reciente de la troupe realista no es una autobiografía. Es, más bien, una historia de ciencia ficción. Una muy buena, por cierto. El cuervo… nos presenta a Mono, un homínido. Un homo sapiens que quizás sea el último de su especie, pero que no parece estar muy en sus cabales y «habla sólo». Lo de «sólo» es un decir: en realidad lleva un traje que busca limitar su secreción hormonal para que su cuerpo no se encamine a la pubertad. El mismo traje le inventa una compañía psíquica, como si de una esquizofrenia autoinducida se tratara, Mono charla con Lobo. Su universo es todo lo que puede alcanzar a pie. Y cuando la vida es tan huérfana, eso a donde se llega al paso parece ser todo lo que hay. Hasta que un día cae una nave, Mono va a investigar y de pronto su mundo se multiplica.

Esto convierte una típica aventura post-apocalíptica con algún toque de humor en un relato sobre el conocimiento y, sobre todo, su transmisión y reproducción. Una narración sobre las herencias culturales y el modo en que se rescata el pasado de la especie. Mientras las tecnologías de registro de datos cambian a velocidad sorprendente, que Kráneo tematice esto convierte a su historieta en uno de los relatos más contemporáneos que puedan imaginarse. Y a la vez, el autor nos sugiere que algunos elementos parecen incólumnes y seguirán así por siglos: las ganas de saber más y los impulsos más básicos como alimento fundamental motor creativo. (more…)

mayo 1, 2011

La vida de Paola, tal como es

Filed under: Cómic Latinoamericano,Entrevistas — Andrés Valenzuela @ 10:00 am
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"Un día uno dice 'ya, tengo que ser responsable de mí'", reflexiona la historietista colombiana

«¿Qué opinó tu familia del libro?», «¿cómo era la relación con tus hermanas?», «¿cómo viviste la mudanza?» Es la clase de preguntas que no suele hacerse a los entrevistados. Al menos, no en este espacio porque vamos: lo que debería interesar de un artista es su obra y lo que tiene para decir sobre ella, y que de su vida privada se preocupen él y los suyos, que por algo es privada. Excepto cuando, como es el caso, una historietista decide hacer de sus días, viñetas. Como Paola Gaviria, más conocida como PowerPaola y célebre por su Virus Tropical, en que retrató sus primeros años de vida con potencia y sensibilidad y desató elogios de sus colegas.

Buenos Aires la recibió fresca y soleada, bien lejos del clima tormentoso que barrió las calles porteñas las últimas noches. PowerPaola llegó para presentar el tomo que le publicó Liniers, en la Editorial Común, en la Feria del Libro y en el Malba. El bar donde transcurre la entrevista rezuma aroma a café, aunque seguramente no tan intenso como el Colombia, donde vive la artista plástica e historietista. Para quienes la siguen semanalmente en Historietas Reales, no necesita presentación. Para el resto, basta saber que nació en Quito, Ecuador, de madre esotérica y padre sacerdote, y se crió allí hasta los trece, cuando se mudó definitivamente a la tierra de sus padres. Cuidaron alternativamente de ella su madre y sus dos hermanas, hasta que los empujones la llevaron a hacer su propia vida. Su trabajo en el blog colectivo examina los momentos más importantes de esos primeros años.

El resultado es un libro notable que refleja, con enorme transparencia, cómo se disuelven los vínculos de una (su) familia. Apenas si, en aras de sostener la narratividad, la autora hizo algún recorte o resumen de algunos pasajes. Virus Tropical se incluye en una obra dedicada a explorar su cotidianeidad, señala PowerPaola, sea en la plástica como en el dibujo. «Siempre he buscado cómo contar mi vida y cómo materializar en algo cada experiencia que me pasa», explica, «cuando empecé a ser parte de H.R. vi la posibilidad de hacer algo más grande». El «algo más grande» le vale cantidad de elogios de sus colegas argentinos, indistintamente del género de cada lector.

La colombiana discute el rótulo de «historieta para chicas», aunque es tentador clasificarlo de ese modo, no sólo por la temática, sino también por su abordaje. «Creo que es para chicos también, y es evidente desde el solo hecho de que los hombres se hayan interesado: yo no busqué a Liniers ni a La Silueta para que me publicaran, ellos se interesaron y las críticas han sido en su mayoría de hombres, que también son mayoría en los comentarios que me escriben», comenta y arriesga que «a los hombres también les interesan las cosas que pasan dentro de las mujeres, quizás así puedan llegar a entenderlas un poco más». (more…)

marzo 6, 2011

El mosquito suburbano

En los relatos de Mosquito, el conurbano bonaerense es protagonista

Sus colegas destacan a Morón suburbio como uno de los mejores libros de la década del ‘90, esa en que las autoediciones eran el oasis de una cuasi desierto editorial. Una década más tarde, cuando llevó al papel El granjero de Jesú, creada para el portal Historietas Reales, su editor babeaba ante el flamante libro como “el mejor” que había editado hasta el momento. Hoy, años después de eso, Ángel Mosquito se para cauto ante ambas cosas. No vive exclusivamente de la historieta, pero los lápices ayudan a pagar varias cuentas. Da clases pero sobre todo, publica. Tristeza, en Fierro, junto a Federico Reggiani, y Conurbania, en el suplemento de cultura del matutino Tiempo Argentino. Además, tuvo que dejar de subir su serie La Calabre, tras firmar contrato para publicarla con una “editorial extranjera”.

“Lo que digan de Morón Suburbio es problema de ellos, a mí me surgió muy naturalmente, como todo lo que hago, porque forzado desbarranco rápido”, recuerda y analiza. Sin embargo, advierte que el método de trabajo tan libre que trajo el desamparo editorial de la época menemista condicionó a sus coetáneos. “Vos estás acostumbrado a trabajar de manera muy libre, apenas limitado por una cantidad de páginas, pero sin condicionamientos estéticos o políticos, y a mucha gente de mi generación le está costando hoy trabajar con condicionamientos editoriales, sobre todo a nivel temático”.

Editado por La Productora, Morón Suburbio nació de una serie de imágenes que fue sumando durante su infancia en ese barrio bonaerense. “Había una pizzería, que ya no está más, donde había fotos de Morón del año del orto, de los ’20 o ‘30”, cuenta, “estaban tan quemadas que lo único que veía era una línea y unas carpitas”, y con eso de que Morón es ‘el Oeste’, yo me imaginaba los westerns ahí”. El resultado fue “una de cowboys hechos mierda, muy noventosa, de decadencia, de recesión y que no hubiera un mango”.

“Publicar en el diario no es lo mismo que el Granjero”, retoma Mosquito y reflexiona que la tira que aparecía en Historietas reales no tenía “más restricción que la propia” y que, por lo tanto, no era “muy apta para todo público”. A esta primera limitación se sumó otra, la de incluir en cada entrega alguna referencia cultural: “un libro, una película, lo que sea”. Al comienzo, reconoce, se sintió encorsetado por el formato que le exigían.

“Hasta que le encontrás las posibilidades y le enganchás la vuelta”, admite, “Conurbania empieza muy tibio, al lado del Granjero, pero es por el medio”. Pese a los años dedicados a las viñetas, el dibujante señala que recién ahora comienza a darse cuenta “lo difícil que es hacer una tira” y dice que admira aún más a quienes llevan una tira diaria. “Es complicado lograr esa serie de cosas que te piden, pero lo que más me cuesta es lograr la situación de humor o el chiste con la lectura para todo público”. Claro, en Tiempo Argentino no puede aludir a las drogas, el sexo ni escapar por la vertiente escatológica. Para las pruebas iniciales, cuenta, rehizo una tira de El Granjero de Jesú, sobre “una mina que tomaba merca y aprovechaba el papelito para hacer historietas”. Obviamente le dijeron que, de eso, nada. (more…)

febrero 13, 2011

«La historieta es una pelotudez alegre»

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Jánchez cuenta que Shloishim, su primer libro publicado, terminó por asfixiarlo

La entrevista con Brian Jánchez deviene charla rápidamente. El muchacho habla con una imperturbable sonrisa ladeada y suelta comentarios ácidos constantemente. Acusa 25 años, lo respaldan un libro en la calle (Shloishim) y otro por venir (McKosher), co-fundó una revista digital de historieta infantil (Pelotazo) y ya tiene un puñado de buenas historias a cuestas. Estudió con Feliciano García Zechín, Pier Brito, Horacio Lalia y Diego Agrimbau. Publicó en La Mano, hizo podio en el primer concurso de la revista Fierro redibujando a H.G. Oesterheld y participó de Historietas Reales. Es uno de los historietistas más destacados y prolíficos de su generación y, café mediante, repasó su carrera con Cuadritos.

«Me pudrí», explica sin vueltas sobre su salida de HR. «Es un lugar que no se cuidó mucho», analiza, «el grupo es muy unido y hay gente que amo dentro, pero a nivel artístico no me cerraba». Aunque Jánchez entiende que ese tampoco era el objetivo inicial del portal de historieta autobiográfica, señala que su óptica inicial era otra. «Para mí Historietas Reales empezó su decadencia más marcada cuando entro yo, pero no por las historietas, sino por las ganas de hacer el blog: si uno te dice la semana que viene publico y está prometiéndolo un año y medio, o publica dos páginas cada seis meses, eso es no cuidar las cosas».

Ahí largaste.

– Es que te jode que estás un jueves a la noche viendo un capítulo de Todos contra Juan, entintando Marisa quiere pija porque ya se está haciendo viernes, la tenés que subir al blog y… medio que te rompe las bolas. Más si ves que otro no hace lo mismo y viene con un cartelito de disculpas. Entonces sí, medio que te rompe.

Sin embargo en HR fuiste ajustando mucho el trabajo de guión. Se notaba en los ganchos a final de página.

– Quizás por cómo son las historias. Fijate Marisa quiere pija. ¿Viste Zack y Miri? Bueno, Marisa quiere pija era como mi versión: una comedia romántica pero con un toque de picarezca. Era un ejercicio de guión muy cuadradito, siguiendo el paradigma hollywoodense, y me parece que sí daba para el gancho de qué pasará. También para la joda.

¿Antes no lo usabas?

– En McKosher… ¿viste Mi gran casamiento griego? Es de una minita que no puede conseguir novio, engancha uno que no es griego y se encuentra con la familia y… bueno, es desopilante. Para la cultura griega. Pero en un momento el chabón se plantea que no se quiere casar, que la vida es una mierda y que cómo le van a hacer eso.  Toda la familia jode y demás, pero no pasa nada. Todo es lineal. Empieza la película y ya sabés que se van a casar. Te divertís, te cagás de risa, pero es chata. McKosher estaba muy relacionada con eso. No hay línea ni hilo conductor, sino sólo la idea de contar un chiste. Es sólo un slice of life decoroso. (more…)

enero 11, 2011

Un tropezón de la web al papel

Baert brinda una historia fantástica, desaprovechada en una pobre edición

De las series que se desarrollan en Historietas Reales, La danza de los condenados es una de las más atractivas e interesantes para seguir cada semana. Desbordante de humor negro, salvaje y delirante, la autobiografía -saludablemente ficcionalizada- de Federico Baert es trash como pocas. Gráficamente no se luce tanto, es cierto, aunque los colores vibrantes aportan su cuota de intensidad al relato. Narrativamente descoya, con un ritmo de página muy bien logrado y abundantes «ganchos» al final de cada entrega para capturar al lector y obligarlo a volver a la semana siguiente. Lamentablemente, muchas de estas virtudes quedan opacadas en la llegada al papel de la historia por una edición descuidada.

La danza… es sobre todo una historia bien contada, con personajes caricaturezcos y diálogos filosos. Los coequipers de Baert -Marcos Vergara y Caio Di Lorenzo- trabajan contrareloj cada semana. El principal responsable aporta guión y lápices. Uno de sus ad láteres aporta los fondos, el otro los colores. El conjunto da una historieta sólida, fruto de un equipo aceitado por años de amistad y conocimiento mutuo (que incluso fraguó en el proyecto Los mutantes Bukowski).

El libro narra la «vida» de Baert, un profesor de arte en una escuela que -parece- detesta su trabajo, enfrenta los fantasmas de su pasado, lidia con una ex novia, un amigo que vive «colocado» y una abuela espiritista. Arisco, hosco y mal llevado, pero dispuesto a la joda y el descontrol. En el proceso, sucede una serie de peripecias increibles que incluyen un Alejandro Urdapilleta completamente psicótico y a una troupe de okupas itinerantes.

Sin embargo, la edición conjunta de Loco Rabia y Llanto de Mudo deja que desear. (more…)

diciembre 29, 2010

Cinco años de cambios

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Kráneo, publica ciencia ficción que reconoce como su propia historia

Un lustro en la blogósfera. Cinco añitos. Ese es el tiempo que Historietas Reales lleva online, con algunos millones de visitas, una decena de libros publicados y tres más en carpeta para el año próximo.

Muchos factores ayudaron a su éxito: mucha visibilidad impulsada por una clara atención mediática, la conjunción de autores de talento y con estilos diversos, unidos en torno a una propuesta atractiva y contemporánea. El resto lo hizo el furor de lso blogs y el aprovechamiento inteligente de esa plataforma. En un ambiente como el de Internet, en que es muy difícil asomar la cabeza, HR picó en punta a fuerza de novedad y buena historieta.

El sitio sirvió también para impulsar el trabajo de algunos de sus integrantes aún más allá de los libros derivados del blog. Integrado inicialmente por esa «generación ’97» que surgió del fanzine, hoy muchos de sus miembros originales ocupan espacios importantes: Max Aguirre está en La Nación; Diego Agrimbau, Ángel Mosquito y Caro Chinski en Tiempo Argentino, y quién más, quien menos, todos han tenido al menos algún paso por la revista Fierro (y muchos ya son staff casi fijo: Dante Ginevra, Rodolfo Santullo, el mismo Agrimbau, Mosquito, y también Federico Reggiani).

 

Max recorre los cinco años de HR desde su vida

Cinco años después de su lanzamiento, con un público estable, los «realistas» ya no ocupan el lugar pivotal de la escena comiquera vernácula. (more…)

octubre 31, 2010

Fantasmas de un tipo trash

En lugar de autobiografía, Baert prefiere hacer "autoficción" y delirar a partir de anécdotas

«No es que haya mucho más para decir», dispensa Federico Baert mientras recorre la rambla rosarina: «todos tenemos nuestros fantasmas». Los suyos se materializan en las páginas de La danza de los condenados, que publica cada miércoles en Historietas reales, en compañía de Marcos Vergara (fondos) y Caio di Lorenzo (color). Es la más trash y «reventada» de cuántas historias pueblan el sitio colectivo dedicado -originalmente- a la autobiografía, consigna a la que el autor nicoleño se apega, aunque retoque aquí y allá algunos detalles (o muchos)?.

Mientras las preguntas van y vienen por mail, queda claro que el Baert digital es igual de parco de cuerpo presente, y tan ácido como su homónimo dibujado. Escondido tras sus gafas oscuras, estira el cuello, desconfiando del resultado de la sesión de fotos. Lo desconcierta la ausencia de flash.

En La danza de los condenados, recientemente recopilado en coedición por Llanto de Mudo y LocoRabia, Baert se presenta como un docente que detesta trabajar, con una abuela espiritista medio chiflada, una ex novia siempre presente y un amigo dueño de un bar. Lo visitan dos espectros que vienen del pasado a reclamarle cuentas pendientes. «Es un recurso que utilizo en varias de mis hitorias», explica, «todos estamos acostados por ellos, sobre todo porque los creamos nosotros mismos». Bien pensado, reflexiona, todos los personajes son a su modo fantasmas. «Estamos rodeados por ellos, sólo que algunos tenemos la desgracia de verlos». (more…)

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