Dibujo, luego existo: una Historia

La portada del libro, actualizado hasta este año

El libro se llama Tinta densa patagónica y hace un repaso de la historia de la historieta y el humor gráfico en las provincias del sur argentino. Es una versión ampliada y corregida de su primera edición, realizada en 1998. Para hacerle lugar a las novedades de la última década -publicaciones, nuevas revistas, irrupción del espacio digital en la vida de los artistas patagónicos- hubo que recortar cosas del original, como una galería de imágenes de los autores que pueblan el tomo. En su lugar, se ganó un anexo sobre notas periodísticas referidas al movimiento historietístico patagónico en medios locales, regionales y nacionales, lo mismo que en portales online.

Tinta… supone un serio esfuerzo documental, de esos que frecuentemente se pasan por alto desde las esferas gubernamentales, pero que son fundamentales para construir la historia cultural de una región, de un país. Es el darse cuenta que publicar algo es un modo de «hacer Historia». Historia con mayúsculas, de esa que se sabe un legado para la posteridad. Un legado que no es el del bronce, sino el del haber hecho, el haber abierto caminos para quienes vendrán detrás.

Es atinado notar, en ese sentido, cuánto de fundacional tenían los textos originales de la primera edición -aquí respetados rigurosamente- y cómo mantienen ese espíritu los nuevos artículos que se suman al libro. Hay allí una clara conciencia de la creación de algo que excede la simple medida del mérito artístico. Un «estamos haciendo, allí donde se supone que nadie haría nada».

La vocación documental de Alejandro Aguado, compilador de los artículos -en su mayoría escritos por los mismos directores de las revistas reseñadas- y autor de varios textos, es encomiable. La selección traza un recorrido por el surgimiento de las revistas patagónicas de historieta de las últimas dos décadas, pero no falta una breve historia del género en el sur los años anteriores a 1989. La tarea supone, además, otro modo de registrar la historia de los vaivenes económicos y culturales de un país.

La intención es doble: documental y fundacional. Hacer historieta, para los autores patagónicos, parece un imperativo ontológico, existencial: dibujo, luego existo (en una llanura barrida por los vientos, la nieve y el frío, donde hay poco y nada). Tinta… no se limita a registrar ese camino, le da sentido, cohesión, demuestra la existencia de una corriente cultural que fluye más allá de la habitual indiferencia de los encargados de cultura de la región, un movimiento al que los grandes centros urbanos del resto del país cada tanto dispensa una mirada, pero que sigue adelante con todo y pese a todo.

Además de dibujos, páginas de historieta y reproducciones de revistas, el libro incluye un abundante archivo fotográfico que retrata a muchos de los autores que se mencionan en el libro en diferentes circunstancias.

Dentro de las crónicas, vale destacar algo que enfocan y que no suele mencionarse en los repasos habituales sobre los eventos de otras regiones del país: la importancia de las jornadas, exposiciones y convenciones para generar proyectos, para crear nuevos caminos y revistas. Tinta… viene así a hacer notar la necesidad de otra historia, una historia de las jornadas de historieta que estudie su impacto en el medio local, su importancia para la industria y para los artistas. Porque aprovecha revisar la historia, si se aprende algo para el futuro.