Don Quijote, vol. 2, de Federico Reggiani y Sergio Coronel (editado por Moebius) es un libro inusual, sobre todo, por la variedad de lecturas que permite hacer su estética manga. La adaptación que la dupla hace del relato de Miguel de Cervantes Saavedra tiene pasajes de bastante gracia (a diferencia del primer volumen, menos risible), se lee con rapidez y entretiene. Lo que queda por dilucidar es si esto es producto de la elección formal.
La curiosa opción por la estética del manga no parece perseguir ningún acto de sentido novedoso. Sobre todo, porque pese a que la estética es oriental, la narrativa es bien occidental: bastaría reemplazar algunos recursos retóricos humorísticos propios de la historieta japonesa por un «plop!» vernáculo para revelar de esa hibridación estilística. Los autores tampoco pasan l relato original por el tamiz del shonen, ni mucho menos.
Reggiani (Historietas Reales, Hablando del Asunto) incluso se impone de modo estricto el respeto por el habla cervantina, y ahí andan los protagonistas piropeando a las mujeres por «fermosas» y adviertiendo que «lo que vuestra merced nos manda es imposible de toda imposibilidad cumplirlo» (bueno, escribir esta reseña ha sido un tanto complejo, pero tampoco imposible de toda imposibilidad).
Así las cosas, la elección estilística parece obeceder a la necesidad de poner el pie en nuevos sectores del mercado, de esos que sólo consumen viñetas si vienen con ojos redondos y grandotes, pero no estrictamente a requisitos artísticos. Pero lo interesante del caso radica en el respeto y a la vez el desparpajo con que la dupla toma el clásico de la literatura hispana.
El Don Quijote de Cervantes es -como recordará el lector atento- una parodia de los relatos de caballería en boga en su época. Sin embargo, siglos después de que el poeta lo escribiera en su celda, rara vez se lee en las escuelas de ese modo (y es aún más extraño que alguien vuelva a leerlo tras salir de los claustros colegiales). La versión de Reggiani y Coronel le restituye ese sentido burlesco haciendo del humor el centro del relato. Guionista y dibujante habilitan al lector a la risa y, al plantar en imagen lo que el vocabulario del siglo XXI ha olvidado, acercan la historia cervantina al público más joven.
Ayuda también el hecho de que en este volumen han quedado atrás los pasajes más famosos de la historia -como la carga contra los molinos de viento o el enfrentamiento a los «ejércitos» de ovejas-, de modo que la historia se siente menos «canónica» y no queda sometida a la prueba del imaginario popular.
En lo gráfico, este Don Quijote bien puede leerse como una cruza entre el manga y el semi-funny. El logro de Coronel es darle al dibujo suficiente detalle como para atraer la mirada, de modo que sus imágenes contrasten con el texto y causen el efecto humorístico. Esta necesidad de observar los contrastes enlentece un punto la lectura, que de cualquier modo fluye bien y puede sostener atento a un lector esperando para pagar sus cuentas en el banco en estos días de comienzo de mes (que de por sí, es como un embate contra molinos de viento).
Una hipótesis extraviada
Bien puede suceder que, así como Cervantes moldeó a su Quijote para parodiar los relatos de caballería que ya nada tenían que ver con la realidad de su tiempo, la dupla Reggiani-Coronel haya elegido el manga para señalar algo análogo respecto de su medio. Como si sintieran que el manga tradicional de acción y sus estereotipadas aventuras épicas empezaran a agotarse.
Esta es una hipótesis ridículamente arriesgada, pues ya arriba se esbozan los efectos que la elección estilística tiene sobre la narrativa de Don Quijote vol. 2. Sin embargo, no sería loco en un campo artístico recurrir a la invención de un personaje paródico para señalar los límites expresivos y simbólicos del medio.
Lectores, ¿qué opinan?
Deberia atraer a la gente que lee manga y los que les interesa DQ y a los españoles por que DQ es bien suyo (para despues ser universal). Yo creo que no estoy en esos target(que se yo de target) pero reggiani me parece alguien de quien sospecho que pueden gustarme sus obras pero todavia no me convence.
Comentarios por oenlao — abril 6, 2010 @ 11:33 am |
Voy a comprarlo. Creo que lo último que leí del género fue Sakura..con esto dejo por sentado lo poco que conozco de manga y lo lejos que estoy de hacer una buena crítica. Leer manga siempre me costó muchísimo…todo lo contrario a lo que me provoca mirar animé. Pero vamos con Reggiani, apuesto mucho. Beso.
Comentarios por Laura Vazquez Hutnik — abril 6, 2010 @ 1:26 pm |
Ligué el vol. 1 de arriba y me encantó (a Reggiani lo banco desde La Mueca de Dios), quiero comprarme el 2 pero 100 páginas en blanco y negro en A5 a 35 pesos me resulta excesivo.
No sé si es parodia la elección estilística, para mi pasa más por una intención de desacartonar el Quijote, que ha sido tan enaltecido como la mayor obra literaria hispana que perdió todo el sentido paródico para el que no está familiarizado con él (incluso se ha romantizado mucho la figura de Don Quijote y los molinos, paradójicamente despojándolo del patetismo que tenía). El manga entonces viene a representar un lenguaje fresco, no canónico y hasta símbolo de «lectura liviana» y funciona como vehículo del tono burlón que tiene el libro (también podría haber sido Condorito tranquilamente).
Si fuera una parodia dedicada completamente a reirse de los estereotipos del manga, tendrían que haberle metido mucha mano, modificando ciertos aspectos para que resulten familiares en otros géneros (fantasía heróica, peleas shonen, romance shojo, etc.) Un buen ejemplo de eso es el anime Distrito Comercial Abenobashi, de GAINAX, en donde cada capitulo se parodia un género distinto.
En cuanto a marketing, lo veo más como un recurso para los argentinos de entrar al mercado español («En España conseguí la segunda parte de este divertidísimo manga en todas las librerías y comiquerías a 7€») que una forma de llegar al publico manga-zombie local.
(¿Qué sería «el tamiz del shonen»?)
Comentarios por Z — abril 6, 2010 @ 4:24 pm |
¡La Mueca de Dios! Qué buena historieta, merece reedición urgente. Acaso podría estar como apéndice el día que Vitamina Potencia sea libro…
Comentarios por rodrigo — abril 7, 2010 @ 8:59 am |
¡Críticos! ¡Artistas frustrados! ¡Parásitos del sagrado e intocable sacerdocio del arte!
No, mentira, gracias por la nota, y gracias por las cosas lindas que dicen en los comentarios, también. El libro me tiene muy contento (calculo que, sobre todo, gracias a Coronel: no les puedo explicar el placer que me causaba ver venir las páginas sin rotular por mail, me reía sólo).
Salute
Federico
Comentarios por joandemena — abril 7, 2010 @ 9:54 am |
Antes de ponerme con esta declaración de amor, me gustaría que sepan que a Cornoel no lo conozco. Nunca hablamos, no es mi amigo en facebook, nunca nos dejamos mensajes en blogs, nada.
Ahora bien, ¿alguien tiene ganas de explicarme por qué Coronel ya no es más o menos una «estrella»? ¿Leyeron Automatik Kilombo? Ok, tal vez no es una historieta «perfecta» (aún así, me sigue pareciendo muchísimo más cerrada que la amplia mayoría de lo que leo), pero ¿no tiene un tono que andamos necesitando a lo loco?
¿Soy yo o la historieta argentina «en serio» viene teniendo un aire tan pesado, amargo, gris y tanguero, que cosas así nos pasan de largo, como al costado?
Yo pensaba que íbamos a ser la generación que entendió algo del manga. Crecer con Dragon Ball, Los Caballeros del Zodíaco y Sailor Moon es algo muy fuerte, ¿no? Y si bien algunos empezaron como por ahí, cerca del manga, parece que para entrar en «el discurso posta posta de la historieta argentina» un poco había que olvidarse, un poco había que ponerse a pensar en otras cosas.
Está bien, hay un punto que no es más que reproducción vacía, imitar a lo pavote (y pasa hace unos años con el manga, antes con los superhéroes y así para atrás en una lista eterna de historietas tristes que «se parecen a») y cagarse de embole. Eso en alguna medida sigue pasando y en alguna medida también está bien, un poco es un acto de amor, qué sé yo.
Pero debería haber otra instancia en la que aprendimos algo, sino ya es un acto de desamor. Y no sé ustedes, pero yo a Toriyama lo quiero.
Es raro, me pongo a pensar en serio y no encuentro casi a ninguno entre nosotros («nosotros» somos los historietistas de menos de 30 años, ahora sí, me puse maximalista, agarrate catalina) que esté pensando en serio en el manga.
Los únicos dos que se me ocurren son Janchez y Coronel. ¿Hay algo más? Algunos empezaron más o menos cerca del manga, pero crecieron para otro lado…
Y eso por un lado pasa porque simplemente pasa, qué sé yo, de golpe la gente se pone a pensar en lo que sea y eso también está bien. Pero en cierta medida me parece que también hay un contexto que te lleva …
Me da la sensación de que acá seguimos pensando al manga como un bicho raro, o como una modita, o como cierta relación de proporciones del cuerpo humano (los ojos, esos ojos grandotes, desmedidos, enormes, divinos) y no mucho más. Pero muy en serio no lo tomamos.
Y en el medio de todo eso, lo tenés a Coronel, que se manda esas páginas clarísimas, con una gracia que no se cuántos tienen y lo único que parece que podemos entender es que «se parece a».
Tenemos que aprender a pensar un poco mejor, un poco más profundo en el manga. ¿Qué quiere decir «en lo gráfico, este Don Quijote bien puede leerse como una cruza entre el manga y el semi-funny»? ¿Dónde deja eso a Tezuka y Toriyama, por tirar un par de faros?
¿Por qué se nos ocurre que hacer un Quijote con una estética «mangosa» es «como sentir que el manga tradicional de acción y sus estereotipadas aventuras épicas empezaran a agotarse»? Si Coronel dibujara pensando en Villagrán, ¿diríamos que esta adaptación es andar por ahí sintiendo que «la historieta argentina/europea/unpocotambiénestadounidense de acción y sus estereotipadas aventuras épicas empezaran a agotarse»?
No sé, qué se yo, da para seguir pensándolo…
Comentarios por Fran López — abril 7, 2010 @ 10:51 am |
Mirá Andrés, te terminé escribiendo un comentario más largo que la nota!
Perdón, creo que podría haber dicho lo mismo en cinco renglones.
Comentarios por Fran López — abril 7, 2010 @ 11:09 am |
Fran, ningún drama con que el comentario sea largo. De hecho, aunque sea para disenso, es un gusto que un artículo genere reflexiones y debate.
Fran & todos: estoy hasta las manos de tiempo ahora, por eso respondo cortito. Más tarde, o mañana, respondo a todos en regla.
¡Abrazos!
Comentarios por Andrés Valenzuela — abril 7, 2010 @ 11:24 am |
Fran tiene razón en todo. A sus palabras me permito agregar un par de cosas.
A mi no me importa que se usen frases del tipo “como sentir que el manga tradicional de acción y sus estereotipadas aventuras épicas empezaran a agotarse”, siempre y cuando se me permita agregar al final «para algunos». Puesto que, y creo que acá es donde coincido con Fran, ninguna vertiente se agota, sino que «la agotan».
Si la dupla que hoy nos ocupa contribuye a este agotamiento o no, no lo puedo decir, no leí el libro. Andrés sugiere que no, que todo lo contrario, pero (y en esto no hay acusación, sino que indico algo que noté) me da la impresión que el «truco» (insisto, no hay acusación), es dar por sentado un «agotamiento del manga tradicional» y establecerlo como regla, para después situar al Quijote por fuera de esta regla. Es notorio esto porque lo que señala Fran es el mismo punto y yo lo entendí de la misma manera, es decir, esa frase indica que en efecto Andrés parece creer en dicho «agotamiento del manga tradicional». Esa creencia también parece estar presente en otra reseña sobre manga argentino: «Humboldt, en cambio, es un producto típico del manga “de mechas”, lleno de chicas con polleras demasiado cortas para el invierno y con robots enormes y armados hasta en los parabrisas». Es decir, «típico» parece ser peyorativo, cuando Dragon Ball o Akira son, a mi parecer a su vez bastante típicos.
Un saludo a toda la muchachada. Mañana Juan Saenz Valiente presenta libro nuevo, con título triste y tanguero, mal que nos pese. Cualquier cosa nos vemos pora allí.
Comentarios por Berliac — abril 8, 2010 @ 3:00 pm |
[…] No es la primera adaptación literaria que se hace al manga, pero sí la última a día de hoy. Títulos tan conocidos como “Van Helsing” o “Heidi“ (basado en el libro infantil de la suiza Johanna Spyri) son ejemplos de sus antecesores (aunque de estos se hicieron series de animación), así como obras más clásicas como “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, o “Así habló Zaratrustra”, de Nietzsche.Tampoco es la primera vez que Don Quijote salta a las páginas del tebeo. “Mortadelo de la Mancha”, de Franciso Ibáñez, autor de “Mortadelo y Filemón”, es un claro guiño al hidalgo manchego. Pero si hablamos en términos de manga, Federico Reggiani y Sergio Coronel dibujaron su propia versión de la historia. […]
Pingback por Don Quijote cabalga de nuevo | Crónicas de Radhuk — abril 12, 2015 @ 1:35 pm |