Mal tipo

Una vida dedicada a joderle el día a la gente

Hay gente que ya nace adulta, como si no hubiera tenido infancia. El Viejo es una de esas personas. Un tipo que, aunque Alceo (Thrasyvoulou) y Matías Bergara nos revelan que sí fue chico, jamás transitó realmente la niñez. El Viejo es la quintaesencia de la amargura y, naturalmente, allí reside su gracia. La historieta apareció originalmente en Freeway (una publicación uruguaya) y fue recopilada por Dragon Comics y LocoRabia ahora en un tomo que se presentó en Montevideo Comics. Más allá de la calidad del material (que es bueno y tiene momentos altos), es llamativo que el sello argentino haya estampado su firma aquí, pues se trata de una historieta inequívocamente uruguaya.

Todo el libro se compone por historietas cortas, de dos páginas, que narran alguna anécdota en la vida del Viejo. En general tiene que ver con mujeres (que lo fastidian), con discos (lo único que parece elevarlo espiritualmente) o con su infinito desprecio por la especie humana. Como es fácil prever, el tono de la serie es de fuerte humor negro, ácido y espeso como café de oficina. De hecho, Alceo y Bergara arrancan el libro mostrando cómo su personaje amasija a un tipo sólo por ser inefablemente feliz. «Me di cuenta que esa estúpida felicidad era imposible de vencer y que me iba a amargar el resto de mi existencia», confiesa el protagonista.

Con el correr del libro, la dupla nos arrima más detalles de la vida de su protagonista: que es cronista cultural en un diario que siempre dedicó esfuerzos a joderle la vida a la gente (desde una parejita de vacaciones hasta los asistentes a un festival de rock que él mismo organizó), que de chico un micro se lo llevó puesto por estar pendiente de una compañerita, y que adoptó una comadreja asesina porque le cayó bien que le arrancara las orejas a un niño «para que no tuviera que escuchar las pavadas que hablan sus padres». Una maravilla de tipo, vea.

Entre las minas y los discos, el Viejo se queda con estos últimos

Además de estas anécdotas ácidas (y muchas otras), Alceo se permite cierto margen para la fantasía. En alguna ocasión el viejo pesca una sirena, o se encuentra con el fantasma de una ex, o incluso se cruza a un dibujante que «vive» demasiado a sus personajes. Aunque el nudo de la serie es el guión, en el dibujo de todo esto hay mucha solidez. Bergara (un conocido por estos lares, sobre todo por sus colaboraciones con Rodolfo Santullo) mete acá muchas viñetas por página y mucha información, pero sin perder la legibilidad ni el fluir narrativo. Además, hace de la caricatura un punto fuerte: su trazo se reconoce, aunque acuda a una línea más extrema.

El tomo se completa con un pequeño apéndice, una suerte de spin-off de la serie original. Aquí hay una historia de Musguito, que es un compañero de redacción del Viejo y parece su perfecto opuesto. Es uno de esos eternos optimistas a quienes puede pasar por encima un camión con acoplado y aún así encontrarle el lado positivo al estar con las dos patas escayoladas y seis meses internado. Huelga decir que el Viejo lo detesta y le reseña negativamente sus libros. Pero sobre todo hay un montón de pequeñas historias sueltas, que salían en un suplemento de Freeway, llamado Freedonia.

Estas historietas sueltas mantienen la estructura de dos páginas, pero están dibujadas por Richard Ortiz. En general, son anécdotas muy ácidas en torno a distintas cuestiones culturales: un mago, un cosplayer, una especie de policial sobrenatural, un pulpo que fue tapa de Conan, unas palomas vengativas. En general, todos su protagonistas son perdedores y con ello se mantiene la tónica del libro, que se sostiene en el espíritu corrosivo de los guiones.

El Viejo es un crítico cultural implacable (y cruel)

***

Ficha Técnica

El Viejo

Guión/Dibujo: Alceo / Matías Bergara

Género: humorístico

Editorial: Dragón Comics / LocoRabia

Lanzamiento: mayo 2013

Origen: Uruguay

Páginas/papel: 72, 23 x 16 cm