«Hay que trabajar con lo que hay»

Truchafrita reconoce mejoras en la situación del cómic cafetero

“En Colombia la historieta es nada”, disparó Truchafrita ante el grabador de Cuadritos hace tres años y disparó la polémica en su país. Un debate que consiguió perpetuarse con los años y que de tanto en tanto se retoma, con sus palabras como referencia, en distintos espacios del joven circuito del cómic cafetero. Ahora, en otro Viñetas Sueltas, este sitio volvió a encontrarse con Álvaro Vélez (alter ego “civil” del dibujante) y le propuso volver a abordar la cuestión.

¿Cuál es la situación de la historieta en Colombia, ahora? “Cuando yo hice esa afirmación, la hice porque en ese momento no existían tres elementos que para mí deben estar para poder decir que hay una historieta: que son autores que publiquen de manera regular, que haya un público que conozca y consuma esa historieta, y que haya un componente crítico, personas que hagan de puente entre quienes producen y quienes leen”, resume su concepción de los circuitos artísticos e incluso destaca que no es necesario que esa producción sea comercial o sólo en papel. Regularidad, consumo y crítica son los tres pilares que reclama Truchafrita. “Si no hay esos tres componentes no se puede hablar de una historieta nacional, aunque claro que hay gente que dibuja”.

Desde esa primera polémica en 2009 hasta aquí, sin embargo, Vélez reconoce que “la cosa mejoró un poco”, pero advierte que ello se debe en buena medida gracias a la persistencia de pequeños grupos, uno de los cuales él mismo integra. “Existimos algunos dibujantes que hemos permanecido dibujando a sabiendas que muchas veces no existe un pago o que nos toca pagar a nosotros mismos”, recuerda sobre los últimos años y enumera los logros obtenidos desde entonces: “ahorita mismo hay un festival que promueve y difunde el asunto, hay personas dibujando en periódicos de tirada nacional” (tres o cuatro, aclara, entre los que se cuenta), y “dibujantes trabajando de manera constante y publicando en revistas o pensando en libros”.

Dos editoriales, festivales y premios municipales, pero en Colombia aún queda mucho sueño por plasmar

Este panorama se completa con la perspectiva de uno de sus colegas. Según contó a Página/12 su compatriota Joni B. (ex Historietas Reales), en este momento funcionan dos editoriales, Rey Naranjo y Robot, que él integra y cuya producción tuvo una muestra propia en las jornadas de Tecnópolis del último Viñetas Sueltas. «En Colombia pasamos de publicar nada en 2005 a 3 o 4 libros anuales en este momento», precisó B. para Cuadritos. «Nosotros como editorial tenemos  la meta fijada de cinco libros al año. Ahí vamos, pero los primeros años son más difíciles», explicó y contó que recientemente el municipio de Bogotá otorgó un premio de novela gráfica por 8.000 dólares y que el Salón Nacional de Artes Plásticas también ofreció estímulos a proyectos de historieta.

Truchafrita concede las mejoras: “ya no es para decir que no es nada, pero todavía falta mucho. Sí me parece que vamos por el buen camino”. Luego, el entrevistado se aboca al análisis más pormenorizado de lo que queda de cara al futuro.

El último Viñetas Sueltas tuvo una muestra dedicada a Colombia

– ¿Qué debería suceder para que la historieta cobre vuelo allí?

– Deberían afianzarse estos tres campos que digo. Por un lado, que estemos los dibujantes de mi generación, que estamos entre los 30 y los 40, además de que estamos más sabidos del tema y quizás trabajamos de modo más profesional, con oficio. Eso ayuda un poco para los que vienen atrás. De todas formas los que trabajamos desde hace 10 o 20 años, lo que necesitamos es arremangarnos el pantalón y aguantar un poco más para que la cosa funcione, sobre todo para las gentes que vienen detrás, que muchas veces tienen 15 o 20 años y puedan ver una posibilidad económica en eso, en ejercer el oficio.

­ – Señalaba un componente de crítica, también.

– Hace falta obviamente más difusión. Entreviñetas ayuda un poco a eso, aunque aún va por la tercera edición, entonces falta un poco más. Pero hay una cosa muy importante que me parece que hace falta y esto es una discusión que tengo con colegas allí en Colombia, que es la necesidad de trabajar con los medios que tenemos.

– ¿Cómo sería eso?

– Ahorita en el mundo hay un aprecio muy grande de la gente por hacer novelas gráficas, libros. Está bueno, pero también hay que trabajar con lo que hay. Muchos dibujantes de 20 o 25 años empiezan a trabajar con la intención de hacer una novela gráfica o un álbum, y quizás no tengan la edad o el dibujo suficiente, o incluso el suficiente dinero, para hacerlo. Y en cierta forma terminan quemándose por tratar de hacer la gran novela, una gran obra en el inicio de su oficio.

El propio Truchafrita fue de los primeros en ganar espacio en diarios

– Es cuestión de no quemar etapas, pues.

– Falta cierta conciencia de parte del público y de los actores, que entiendan que el trabajo de la historieta es como cualquier otro, un trabajo de mucho esfuerzo, pero también un proceso. Lo vas desarrollando. Si sos muy genio, muy excepcional haces una novela a los 20 años y vendes mucho y sos muy famoso. Pero eso sucede en uno entre mil autores.

– Mencionaba también que los diarios comenzaron a abrir espacios a la historieta

– Sí, pero falta bastante. Lo que hace falta es que los periódicos abran espacios para la historieta, con tiras y la página dominical. También que los libreros allí en Colombia se den cuenta que pueden tener un sitio no sólo para la historieta que se produce en Colombia sino para la que se puede importar. Ahí tiene que haber un espacio importante de las librerías para vender el cómic. Todavía hay sectores fuertes en Colombia donde hay que luchar para explicarles que la historieta es un asunto de adultos y no de niños.

– Es una situación bastante difícil.

– Parece que el asunto que te cuento es muy estéril, pero no. Yo soy muy optimista en cuanto a lo que ha mejorado la historieta, su producción y su apreciación. La divulgación también. Vamos por buen camino, falta mucho, pero vamos bien.