Hoy estrena Germán, últimas viñetas (y Cuadritos ya te lo reseña)

Miguel Ángel Solá y «Pike»

Lo siguiente no es un “spoiler”, pero puede atenuar un poco la sorpresa de quienes sigan Germán, últimas viñetas, que comienza esta noche a las 22.30 por Canal 7. Así que están avisados: se saltean este primer párrafo y listo. Los otros datos “duros” sobre la miniserie irán en el siguiente párrafo y asunto solucionado. Aquí va: Luciano Saracino se las arregló para meter cosplay en una serie ambientada en la Argentina de los ’70. Cosplay, sí. Y no queda mal, ni forzado, ni hace ruido. Eso sólo ya dice bastante sobre la serie misma, pero también sobre el buen trabajo de los directores (Flavio Nardini y Cristian Bernard) para construir el relato en base al guión. Las circunstancias del trajecito, eso sí, no se revelan aquí. Pero suceden en torno a los capítulos 7 y 8.

Volviendo al principio: esta noche estrena tras varias dilaciones Germán, últimas viñetas, una miniserie inspirada en los últimos años de Héctor Germán Oesterheld y en particular en su paso por Editorial Columba, ya fracasado su proyecto con Frontera y con dificultades para poner “el churrasco” sobre la mesa familiar. El protagónico está interpretado por Miguel Ángel Solá, una leyenda de la actuación nacional, que retoma la pantalla argentina con este trabajo, tras años de estar radicado en España. Además, lo acompaña un elenco notable.

El programa se emitirá martes, miércoles y jueves a las 22.30 y se extenderá por varias semanas, hasta completar los 13 capítulos que componen la miniserie. Germán tiene guión del historietista Luciano Saracino y contó con el apoyo de la familia Oesterheld. Es una serie sobre por qué contar historias. Ahora bien, ¿cómo se plantea –justamente- esta historia?

Reca aporta la presencia de mujer en un ambiente típicamente masculino

El nudo del relato pasa por cómo la llegada de HGO a “la editorial más importante de historietas de Argentina” sacude la vida de esa redacción: dibujantes fascinados por su presencia, guionistas que lo desprecian y otros que se sienten intimidados.

En el medio, detalles de vida cotidiana que construyen relaciones: la situación económica en la casa del protagonista, el rol pivotal de la secretaria articulando los argumentos de cada capítulo, lectores extrañísimos que caen por sorpresa para conocer a los autores, visitas intempestivas (y siniestras) de un general del Ejército, un bar en el que los historietistas le pagan al dueño con dibujos.

Se trata de capítulos cortos, pero intensos. Lentamente la historia se va ampliando y complejizando. Se plantea, por momentos, en cierto tono de realismo mágico y allí reside una de sus virtudes. ¿Oesterheld realmente “ve” y “habla” con Ernie Pike? ¿El disfraz que circular por allí llega a utilizarse o eso sólo sucede en la imaginación de un personaje? Si el gran cofre que arrastra el guionista está vacío, ¿de dónde salen todas sus cosas? Y sin embargo, pese a todo esto, Germán, últimas viñetas sigue siendo una miniserie realista, donde la realidad es peligrosa y el horror está allí acechando los últimos días del coautor de El Eternauta.

En el «after», los muchachos pagan el café con dibujos

Las actuaciones, por otro lado, son un punto muy fuerte de la serie. Lo de Solá es impagable, desde luego, pero la cosa levanta vuelo en cada escena compartida con Claudio Rissi, que oficia de editor. El resto del elenco es muy sólido y allí se destacan Gustavo Pardi, que interpreta a uno de los guionistas y a la versión de Pike que imagina el mismo Oesterheld, y Paula Reca, en el rol de la secretaria. Atención con Reca, porque es fácil creer que es sólo la indispensable cara bonita de cualquier serie, pero con el correr de los capítulos va mostrando el nivel de su interpretación (trabaja mucho desde la mirada y la gestualidad), y llega un punto en que es imposible no caer rendido ante su presencia en la pantalla.

Por muchos motivos, Germán, últimas viñetas es un motivo de alegría para cualquier amante de la historieta.