“Zombi psicópata adolescente”, reza el subtítulo de Zombess, el libro del español Abel Alves publicado por el sello uruguayo Dragon Comics. Y hay que reconocerle que, en rigor de verdad, cumple a la perfección con lo que promete: la chiquilina zombi es caprichosa como adolescente, el moño le chifla y… bueno, es un zombi, que ya es decir lo suyo, aunque no babee, ni coma cerebros ni haga ninguna de esas cosas que se supone que tradicionalmente hicieron los zombis, pero que ya no hacen, cuando un autor quiere expresar originalidad al abordar el concepto. Acá la zombi protagonista es una listilla, aunque cualquier otro muerto viviente es del montón y anda masticando brazos como si fueran choripanes en la costanera.
Ahora bien, ¿qué puede surgir del concepto esbozado en el párrafo anterior? Un delirio, por supuesto. Lo españoles tienen una larga tradición en la parodia y el absurdo. En el mundillo de la historieta se les dio en más de una ocasión por reírse del propio medio que los cobija, de sus lugares comunes, sus taras y sus vacas sagradas. A la mente viene muy rápidamente Fanhunter, de Cels Piñol, que parece estar en el horizonte de influencias de Alves. Porque Zombess no es la excepción en este sentido. En las dos historias que componen el libro el autor se las arregla para colar chistes de Howard Phillip Lovecraft, tetas, diseño gráfico, videojuegos, tetas, samurais, robots gigantes, tetas, Hello Kitty, Star Wars, tetas, Godzilla, 300 y… zombis (con… tetas, claro).
Y cuando uno recorre el libro y encuentra extensos pasajes en los que aparecen constantemente chistes sobre tetas, entra la duda. ¿Lo de “adolescente” en el subtítulo está por la protagonista o porque el autor apunta a púberes que aún no vieron un pecho desnudo más que en fotos? Y tanto chiste reiterado, ¿es una marca de estilo, una limitación o una crítica sutil a la obsesión del cómic orientado a adolescentes por mostrar mujeres voluptuosas? Un misterio más difícil de resolver que encontrar cualquiera de los míticos artefactos arcanos perdidos que guían la historia.
Porque sí, hay historia, no vaya el lector a creer. Dos, concretamente. En la primera, la llegada de un cometa convierte a casi toda la población mundial en zombi. De resultas que Bess (adivinaron, la que conforma el título tan monono del libro) se erige en dominadora (o dominatrix) del mundo, aliada a seres tan nefastos como el creador de la tipografía “comic sans”. Enfrente, para detenerla, una rubia muy mona y el Necronomicón, que además de ser un libro de gran poder, un artefacto arcano y tal, es consciente, habla, lanza hechizos y se masturba, todo por el mismo precio.
En la otra historia una kunoichi del Japón feudal viaja al futuro para reclutar la ayuda de Bess, el Necronomicón y la rubia. El viaje en el tiempo causa algunos estropicios y a los chistes anteriores ahora hay que sumar otros sobre El señor de los anillos, el manga, más videojuegos, la comida oriental, Youtube, ametralladoras, el zen y… bueno, más chistes de tetas, claro.
¿Qué hay más allá de los chistes? Bueno, algo de aventura, peripecia constante y ya. Que al cabo, es lo que pretende el autor, sin firuletes ni pose ni pretensión gourmet. Luego que uno se ría o no ya es cuestión de sensibilidad al tipo de humor y captar las referencias, su universo conceptual. Lo guarda mucho más misterio que ese. En resumen, “tá”, dirían los uruguayos: para un par de risas, está bien. Pero como se aburrieron de advertir sus editores a los padres incautos en Montevideo Comics: no conviene dejarlo cerca del alcance de niños.
***
Ficha Técnica
Zombess
Guión/Dibujo: Abel Alves
Género: humorístico
Editorial: Dragón Comics
Lanzamiento: diciembre 2012
Origen: Uruguay
Páginas/papel: 72, 23 x 16 cm
Deja una respuesta