Cuadritos, periodismo de historieta

agosto 14, 2011

Siempre habrá una nevada mortal en el corazón

Filed under: Bonus Tracks,Cómic argentino,Noticias — Andrés Valenzuela @ 4:00 pm
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El texto que sigue a continuación no alcanzó a salir ayer en Página/12. Lo escribí como complemento de la nota central antes de saber que, pese a las tres páginas que se le dedicaron a Francisco Solano López, igual iba a faltar el espacio. Para que no se pierda, lo reproduzco en Cuadritos a modo de «bonus track» de la nota de ayer, confiando en que quizás nos ayude a reflexionar sobre la partida del maestro.

***

Su legado

Un adios con manos llenas de dedos

Es difícil dar cuenta genuina del legado de Francisco Solano López en la historieta argentina. Dejó centenares de páginas de altísima calidad publicadas a lo largo de seis décadas de labor. Viñetas cuidadas al detalle, compuestas con maestría y sobresaliendo a la vez en narrativa, creación de climas y técnica de dibujo.

Como parte integral de la autoría de El Eternauta, obra central en el canon comiquero argentino, ya en vida Solano López gozaba del status de leyenda. Nadie discute su inscripción en la historia grande del arte nacional. Y si no bastara su obra, alcanzaría con saber que José Muñoz, acaso el historietista argentino vivo de mayor prestigio mundial, empezó como su ayudante.

Pero Solano López surgió como parte de un contexto de producción de historietas muy particular de la historia cultural del país, cuando se creaban industrialmente, en cantidad y los editores solían exigir a sus dibujantes ciertos estilos. El signo de los tiempos que corren es el de la atomización y no sólo las viñetas argentinas contemporáneas son mucho menores en volumen a esos años donde se vendían de a centenares de miles de ejemplares aventureros, sino que también el arco estilístico y temático es mucho más amplio.

54 años que transcurrieron de su primera publicación y El Eternauta es todavía una referencia ineludible del panorama, al punto que en su homenaje se celebra el Día de la Historieta Nacional, el 4 de septiembre que marca su primera aparición.

Con el resurgir de la historieta nacional tras la debacle de los menemistas años 90 y el cataclismo delaruista de 2001, también reaparecieron mediáticamente las figuras de Oesterheld y Solano López. Un poco por su peso en la tradición cultural del país y otro poco porque los medios suelen tener dificultades para abordar cabalmente los fenómenos emergentes como el cómic. Un lenguaje artístico que, aunque reconozca su historia en ese pasado, tiene hoy otro paradigma, otros referentes y otras lógicas creativas.

Algunos dirán que la partida de Solano deja huérfana a la historieta argentina. Yerran. Paradójicamente, El Eternauta funciona como condición de posibilidad ante los medios, pero también como obstáculo. Ofrecía una referencia clara con la que introducir el tema, pero también dificulta la observación genuina del fenómeno actual.

La muerte de Solano López es la partida de un grande. Pero de un grande que dio todo de sí y no se guardó nada en los grafitos y las tintas que dejó sin utilizar. Dibujó universos enteros y es un orgullo para cualquier amante de los cuadritos ilustrados. Pero afortunadamente, la historieta argentina está viva y no termina con él. Eso sí, siempre habrá una nevada mortal en el corazón de cada historietista argentino.

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