Cuadritos, periodismo de historieta

agosto 11, 2013

Seño, hay una teta en mi libro

El inspector Justo, distribuido en las escuelas por el Plan Nacional de Lectura

El inspector Justo, distribuido en las escuelas por el Plan Nacional de Lectura

Las imágenes llamaron la atención de los docentes. No porque hubieran leído el libro, sino porque sus alumnos lo leían con inusual atención. Se trataba de El inspector Justo, de Sanyú, uno de los tantos libros distribuidos gracias al Plan Nacional de Lectura del gobierno nacional. Inmediatamente, docentes, director, se indignaron, había tetas, culos y sexo en esas páginas.

Inmediatamente prendieron las antorchas y se pusieron a revisar otros libros de la partida que acompañaban al editado por Colihue. Entre los muchos que cayeron en la volteada se incluyen Perramus (Juan Sasturain y Alberto Breccia, Ediciones de la Flor), Sin novedad en el frente (Patricia Breccia, nuevamente Colihue), el de divulgación científica Asquerosología (del sello independiente Iamiqué) y un libro de poemas de Nicanor Parra, al que acusan de «burlarse» de la Iglesia (una copia de los versos cuestionados y una mirada mendocina del asunto, aquí).

Las acusaciones van desde el de tener «poco valor educativo» (cuando hasta la peor obra puede servir para grandes cosas en manos de un docente atento) hasta la de ser»pornográficas», lo cual haría pasibles de denuncia penal a sus autores, sus editores y los funcionarios responsables del Ministerio de Educación nacional y los provinciales. Las acusaciones resultan, cuanto menos, sorprendentes, por no decir ridículas y hasta reveladoras de la falta de formación artística y pedagógica de quienes las emiten.

Pero en todo este asunto hay un detalle llamativo: tras retirar los libros de las manos de sus alumnos, las autoridades de la escuela no recurrieron ni a sus superiores directos ni a los responsables provinciales, sino a la prensa para denunciar «la pornografía» que enviaban desde el Ministerio de Educación nacional a sus alumnos. En otra coyuntura, sería fácil leerlo como simple torpeza del director de la escuela de Maipú. Cuando la denuncia estalla mediáticamente a horas del comienzo de la veda electoral y sin que las autoridades provinciales estuvieran sobreaviso, la cosa se torna rara, por decir lo menos. Los medios locales y regionales, a los que luego se sumó Clarín, encantados con el caso.

Más allá de especulaciones y suspicacias, el caso degeneró en un debate aireado en torno a la censura, los límites del arte, qué es conveniente poner a disposición de lectores en edad escolar, si una de las provincias más pobladas y desarrolladas del país vive en el medioevo o no, la definición de «pornografía» y otros muchos temas sobre los cuales -previsiblemente- hubo poco acuerdo. Lo curioso es que en casi ningún lado se mencionó la potencia de la imagen.

Asquerosología, otro de los libros que cayeron bajo la prédica censora

Asquerosología, otro de los libros que cayeron bajo la prédica censora

En la imagen radica una de las fuerzas de la historieta. Esto no es ningún secreto, claro, pero es algo que suele pasarse por alto cuando ocurren estas cosas. La imagen es una de las principales fuerzas de la comunicación contemporánea y esto vale tanto para el cine, como para la televisión, para Internet o… para la historieta. Sino hay poca cosa que explicar cuando las currículas de los colegios incluyen cantidad de libros con pasajes de sexo y desnudos (cada quién recordará el propio, según cuándo y dónde haya estudiado) que provocan poco o ningún escozor entre padres y docentes.

Ante la literatura, superando el prejuicio de que «total los chicos no leen» (sí leen… cuando quieren y tienen algo que les interesa entre manos, claro), se imagina. Uno lee y las cosas «ocurren» en su cabeza. Ningún padre ni docente accede a las imágenes mentales que se forman en el lector. Con las películas, con la televisión, con la historieta, es más fácil: la imagen ya está dada.

Desde luego, esto no vuelve a la historieta «culpable» de nada. Pero sin dudas es algo sobre lo que hay que trabajar. No alcanza con que haya una unidad dedicada «a la historieta» o ni siquiera «a la historieta argentina» en la currícula escolar obligatoria (que la hay), sino que además debe formarse a los docentes en ella. Algo de ese trabajo lo hace en distintos circuitos el Movimiento Cultural Banda Dibujada. Quizás sea hora de un enfoque más sistemático.

Según informó una lectora de Cuadritos oriunda de Mendoza, la escuela de la localidad de Maipú de la que surgió el escandalete es una escuela técnica, urbana, pero en una ciudad rodeada de viñedos. A priori, no tiene orientación artística de ningún tipo y su objetivo principal es dar herramientas a los alumnos para que consigan trabajo en su entorno inmediato. No es difícil intuir que ni docentes ni director estaban capacitados para lidiar con obras del tenor de El inspector Justo u otras de las enviadas,

Vale, sin embargo, calmar aquí un poco los ánimos. Circularon demasiadas acusaciones que vinculan a la provincia con el atraso cultural y hasta con el medioevo, pero vale señalar que más allá de la torpeza con la que reaccionaron las autoridades educativas mendocinas, see  trató de sólo un caso es una provincia con centenares de escuelas, por penoso que sea el caso.

Que sirva la ocasión, sí, para reflexionar sobre los avances del Plan Nacional de Lectura (bajo ataque ahora, pese a ser una medida que acercó cantidad de títulos a nuevos lectores) y sobre el estatuto de la imagen.

5 comentarios »

  1. Se han dicho muchas cosas. Ahora con más experiencia, como guionista, «editor» de comics (si es que me calza el título) y docente entre otras cosas de Lengua y Literatura, creo que puedo opinar con más fundamento.

    En primer lugar, que no sorprende que las acusaciones sean exageradas y que vengan de una provincia culturalmente tan conservadora y retrógrada como Mendoza (podrían haber venido de cualquier otro feudo del NOA…). Pero no hay que quedarse ahí, no hay que quedarse con el hecho de que sean «santurrones», «más papistas que el Papa» o «chupacirios». El hecho es que alguien en la cadena meó fuera del tarro.

    Sin desmerecer los trabajos de Sanyú y otros, me parece una falta de respeto hacia los alumnos y hacia los autores el meter, sin ton ni son, cualquier clase de libro o comic en «planes de estudio», que a mí me suenan más a vender por kilo un «cacho de cultura» para llenar un hueco.

    ¿Pueden los chicos de esa edad leer estas obras? No sé, creo que sí. ¿Les agrega algo que la escuela tenga que darles? No sé, puede que sí, en realidad no los he leído como para opinar al respecto. Lo que sí sé, por experiencia, es que no basta con tirarles un libro y dejarlos aprender. Hay que guiarlos. Y si el libro enseña cosas que la escuela no tiene espacio para enseñar (porque las currículas están llenas, llenas de cosas importantes, ya no cabe nada más), y encima no hay nadie para acercarles adecuadamente ese contenido, ¿para qué ponerlo?

    Hace unos días tuve la suerte de que me toque dar la unidad de Historieta en clase, comenzando con un guión de Trillo dibujado por Pablo Túnica. Me encantó, aunque a algunos de los alumnos les pareció algo aburrida. Pero eso no me hace pensar en llevarles algo porno o super violento para atraer su atención hacia el comic.

    ¿Qué les doy? Puntualizás bien, Andrés: es mitad tarea de los docentes y mitad de los Ministerios, plantear alternativas para privilegiar los contenidos más acordes. Después es cuestión del nivel del docente para elegir y aplicar lo que se le permite dar, y a veces, sumar algo. Pero educar no es mandar libros al azar, al boleo, y ahí es donde estuvo el error. Tratando de no escuchar el rasguido de las vestiduras, hay que reconocer que falta trabajo de análisis, planificación y orden.

    Comentarios por Gastón N. Flores — agosto 11, 2013 @ 6:36 pm | Responder

  2. El respeto y el conocimiento del cuerpo humano no es poca cosa…
    Educar sin temores, la sexualidad acompañada de valores, la autoestima el quererse y respetarse y respetar al otro…El ser VALORADOS. La NO discriminación y la igualdad…
    Todo esto no se enseña con una historieta con escenas morbosas, sexo explícito, insultos, discriminación y la idea de mujer como objeto sexual…y hasta zoofilia.
    Este material que ha llegado a ciertas escuelas, genera polémica y seamos sinceros…EDUCA?…
    Puede leerlo un adulto en plena capacidad de elegir o no su lectura, pero no un niño un ser en formación… por favor! Ni siquiera «guiado por un docente…»
    La historieta es un género riquísimo en posibilidades de aprendizaje…y hay infinidad de autores para tal fin, pero en este caso este tipo de contenido qué aporta? NO ES CENSURA… Ni somos RETRÓGRADOS ni conservadores, y estamos muy capacitados para lidiar con cualquier tipo de obras literarias… el tema radica en ser críticos y entender que este material en particular no se adapta a la necesidad educativa…
    No confundan por favor a quien lee este articulo… no es sólo por una teta…o un culo o sexo, el cuerpo humano es maravilloso… y la sexualidad es parte del ser … pero como educadores responsables se debe elegir el material adecuado para la enseñanza de VALORES…y la LITERATURA es un medio y un valor en si… Claro que existe la total libertad de leer y conocer estas obras literarias… pero para todo existe un contexto y momento…y eso no es ser pacato o inculto, al contrario. No mezclen con el tema político por que no fue esa la intención… el material no es simple historieta… es material erótico…o historieta policial erótica. No nos tomen por ignorantes… Y en todo caso existe el derecho a elegir…sin censurar. Lo expresa una docente mendocina, de mentalidad abierta y sin ningún fanatismo religioso… y mucho menos político.
    No trabajo en esa localidad pero si en zona rural y te puedo asegurar que los alumnos tanto como docentes hacen mucho esfuerzo para llegar a esas escuelas…hay niños con dificultades de aprendizaje, violencia doméstica y demás… La escuela se transforma en su hogar y durante esas horas viven una realidad que les muestra que pueden elevarse… soñar, que valen como personas y seres humanos…no menosprecies a nadie, eso está demás.

    Comentarios por Andrea Laura Ortiz — agosto 11, 2013 @ 8:55 pm | Responder

  3. Estamos en un blog de historietas, pero quiero remarcar que también ha sido censurado el gran poeta Nicanor Parra por «burlarse» de la iglesia. Aquí, los anteriores fundamentos de Ortiz, creo que caen en un pozo, y si podemos hablar de «pacatos, incultos e ignorantes». Leamos el poema en cuestión: Padre nuestro

    Padre nuestro que estás en el cielo
    Lleno de toda clase de problemas
    Con el ceño fruncido
    Como si fueras un hombre vulgar y corriente
    No pienses más en nosotros.

    Comprendemos que sufres
    Porque no puedes arreglar las cosas.
    Sabemos que el Demonio no te deja tranquilo
    Desconstruyendo lo que tú construyes.

    Él se ríe de ti
    Pero nosotros lloramos contigo:
    No te preocupes de sus risas diabólicas.

    Padre nuestro que estás donde estás
    Rodeado de ángeles desleales
    Sinceramente: no sufras más por nosotros
    Tienes que darte cuenta
    De que los dioses no son infalibles
    Y que nosotros perdonamos todo.

    En fin. Abrazos.

    Comentarios por el chelo — agosto 12, 2013 @ 3:44 pm | Responder

  4. Mi respuesta a El Chelo:
    En ningún momento me referí a gran poeta Nicanor Parra, ni siquiera toqué el tema iglesia, no se si leíste bien…por eso aclaro. Me parece un poema exquisito… digno de análisis y reflexión y de simple disfrute con su lectura.
    Me referí más bien a las historietas. Hay mucha confusión sobre el tema es más fácil decir incultos, pacatos y bla bla bla… Fijate bien antes de los «fundamentos de Ortiz» está el fundamento o comentario de Gastón N. Flores que escribe:
    » educar no es mandar libros al azar, al boleo, y ahí es donde estuvo el error.»
    Se entiende? Los autores son libres de escribir el género que desean y cada género literario va dirigido a un público en particular, con total libertad de acceso a su lectura .
    No hay nada en contra de los autores, el error fue precisamente no analizar la introducción de las historietas eróticas dentro del marco educativo…
    No me considero ni pacata ni inculta…ni mucho menos ignorante. Eso lo decís justamente por que menciono ser oriunda de Mendoza…

    Dejo aquí una reseña de una nota en del Diario Los Andes en donde expresan su opinión calificada en el tema Pablo Pavezka, Mariano Ruszaj,dibujantes e historietistas y Andrés Llugany director de cine e historietista.,quienes fueron consultados sobre el tema y a quienes no podés llamar incultos o pacatos:

    «Aunque alejados del revuelo que el tema generó en Mendoza y el país días atrás, los artistas que viven en la provincia coincidieron que en realidad, estas imágenes y textos enviados por la cartera educativa no son aptos para la enseñanza de adolescentes.

    «Creo que los autores tienen todo el derecho de generar los contenidos que deseen, pero hay que tener en cuenta si esto realmente es apto para llevarlo a una escuela. No creo que haya sido una buena decisión», opinó Pablo Pavezka, , al ser consultado por Los Andes.

    Su colega, Mariano Ruszaj coincidió que este no es un material educativo acorde y destacó que de hecho, cuando el autor genera un producto tiene claro el público al cual está destinado. Por su parte, el director de cine e historietista Andrés Llugany consideró que «si los libros no fueron aceptados y hubo un filtro, fue por un motivo que no hay que desatender».
    Extracto de:
    «Apoyo y rechazo de dibujantes a la DGE – Diario Los Andes» http://losandes.com.ar/notas/2013/8/12/apoyo-rechazo-dibujantes-731587.asp

    En ningún momento se descalificó al autor y su obra… SE ENTIENDE?

    Comentarios por Andrea Laura Ortiz — agosto 12, 2013 @ 6:19 pm | Responder

  5. Concuerdo con lo que plantean Gastón y Andrea, y a continuación pego algo que interpreto con una conexión inicial en similar sintonía escrito justo hace un ratito nomás por Mónica Urrestarazu –quien hace décadas trabaja editando libros:
    «Sobre la ‘censura’ de libros en la provincia de Mendoza. ¿Me equivoco yo, o quienes saben enseñar literatura son docentes, y no necesariamente editores ni escritores, y muchísimo menos burócratas? ¿Vuelvo a equivocarme cuando sospecho que ayudar a que los estudiantes desplieguen sus potencialidades lectoras (y productoras de textos) en situaciones escolares implica ciertas problematizaciones, no solamente que lean todo y cualquier cosa que esté impresa y encuadernada? ¿El Ministerio de Educación, que es tan democrático, progresista e inclusivo, ha realizado aunque sea una encuesta respecto de la cuestión entre los docentes de lengua y literatura, encargados de bibliotecas y la comunidad educativa en general de toda nuestra patria? Si la realizó, ¿los libros enviados a partir de ella reflejan las necesidades de las aulas expresadas por los docentes? ¿Supondrá acaso que tirar libros en las escuelas es una «política de lectura»? No me enojo con el editor, no me enojo con los autores; ni siquiera con los burócratas. Estoy en contra de todo tipo de censura, por si hace falta aclararlo. Tal vez soy muy antigua pero, habiendo tantos y tan buenos libros ausentes en las bibliotecas escolares, ¿no habría que preguntarles aunque sea a los que saben, a los que están frente a las aulas, a los que acompañan a los pibes todos los días? Hasta que no lo hagan, propongo que el Ministerio de Educación compre cada uno de los muchísimos títulos de narrativa, poesía, teatro (también de cómics) y los envíe a todas las escuelas del país de todos los niveles. Que sea cada comunidad educativa la que seleccione. No los editores ni los burócratas de un ministerio. Mientras no lo haga, el que censura es el Ministerio de Educación.»

    Comentarios por luciano (@lucianotb) — agosto 21, 2013 @ 4:04 pm | Responder


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