Cuadritos, periodismo de historieta

septiembre 11, 2011

The Lanus pantano comic blues

Filed under: Cómic argentino,Entrevistas — Andrés Valenzuela @ 10:00 am
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Connelly debe luchar más con los obstáculos de su propio brazo que con los escollos del guión

Un accidente común: una mala caída durante un partido de fútbol y un brazo roto. Una operación. Un yeso. Eso le pasó cuando era pibe a Damián Connelly y condicionó toda su vida como dibujante. Pese a ello, a los 18 empezó a dedicarse a la historieta lápices en mano, armando fanzines. «Hice una cantidad bárbara de cosas, muchas revistas», recuerda ahora, en un bar casi desierto de Remedios de Escalada, más de doce años después y con su primer libro publicado. DGMW (Devil got my woman) está caliente todavía de la imprenta, tiene sus guiones y las tintas de Berliac.

En la ruta de los recuerdos, advierte que empezó «con un estilo más tirando al manga» que jamás lo convenció. Bastó que encontrara su camino gráfico, hace tres años, para que ese brazo de precoz futbolero se le retobara otra vez. «Otro año parado, y después tuve que dibujar para hacer la rehabilitación». No iba a ser la última cirugía. La última, cuenta, lo tuvo parado cinco meses. «Ahí decidí dedicarme al guión». En su casa, en cama, con la laptop sobre sus piernas y su mano izquierda para tipear empezó a disparar páginas. «Unas 1200 páginas», calcula. Las que lo convencieron salieron a buscar dibujante.

La serie de infortunios, sin embargo, parecen haberle dejado cierta claridad sobre su camino historietístico. «Siempre estuve tratando de ser guionista y mezclarlo con el dibujo, que no es lo mismo que ser autor integral», afirma e intenta explicarse: «la mayoría del tiempo escribo para otros, porque cuando tenía que hacerlo para mí me salía una cosa muy complicada». Dos muecas más tarde agrega «un autor integral se las rebusca, pero yo por límites míos con el dibujo, me termino limitando mi guión, entonces prefiero que las historias que me resultan muy complicadas, delegarlas a otra gente que sé que puede hacerlas bien». Descubrió eso con Javier Bordón (Los perros de Pavlov). «Siempre terminaba pasándole las historias a él y yo me quedaba con cosas sin bases sólidas, guiones abstractos que me terminaban por no gustar», confiesa.

Northfolk, un policial clásico con elementos sobrenaturales y la nieve, omnipresente

Como el alquiler lo paga otra actividad, Connelly encuentra que la escritura es más grata que el dibujo para quien tiene poco tiempo. «El dibujo que trato de lograr necesita demasiado empeño, muchas horas por día, quizás puedo lograrlo si hago una ilustración, pero no una historieta, y si no me gusta cómo queda, no vale la pena», considera. Escribir, asegura, es más relajado y más pausado. «Escribir historieta no es un libro», acota, «tiene otras complicaciones, que son visuales, pero siendo también dibujante las podés suplir».

El blusero desaparecido

«DGMW surge de un cuento corto que hice hace cuatro años y nunca le había mostrado a nadie», explica mientras recuerda el año que se la pasó escuchando el 8×12 blusero. Entre tanta música del delta del Mississipi descubrió a Skip James. Justamente Devil got my woman era una de sus canciones más conocidas. «Lo que más me llama la atención de James es que el tipo estuvo desaparecido y nadie sabía nada de él, y de repente, de un día para el otro, reaparece», cuenta, «al tipo se lo comió el pantano, y siempre quise saber qué pasó en ese tiempo que nadie supo de él, porque aparte se borró en la mejor parte de su carrera, se hunde en el pantano y vuelve a aparecer 30 años después».

DGMW, mucho antes de ir a imprenta

El plan original, cuenta, era ilustrar el cuento tal como estaba. Empezó a trabajar con Berliac y decidieron cambiar algunas cositas. Luego, unas más. Finalmente «del cuento original al final no quedó nada, excepto la canción», revela a la tarde calma de Lanús.

El blusero desencadena el relato. En la novela gráfica, un periodista llega a un pueblo siguiendo su pista. «Pero se termina perdiendo en otra serie de hechos y, como todo lo que va al pantano, se pierde», grafica el guionista. «El pantano es como el monstruo de la novela, es también un clima y un estado de ánimo».

No es el único relato en el que Connelly expresa su amor por el blues y por la imaginería de la norteamérica negra. «Más que interés, es una obsesión con toda esa Norteamérica perdida en huracanes y tifones, siempre me llamó mucho la atención, sobre todo la música». En una de sus historias con Factum Comics también lleva una historia de bluesmans, y advierte que también está trabajando otro relato con Frank Arbelo. Confía en formar una trilogía a partir de ellos. «En realidad, lo estoy logrando, porque las tres historias ya están escritas, esta (señala el libro) ya salió y las otras están en proceso».

El blues, fetiche central de la obra de Connelly

«Northfolk es otro lado, necesitaba descansar de todo ese clima», comenta sobre la otra serie que lleva adelante en Factum. Allí trabaja con Mauro Reifschneider, y no hablan de mosquitos, calor y marismas, sino de ciudad y nieve. Mucha nieve. «Tiene algo oculto todo ese clima, también, llevé los silencios y el clima de opresión ahí». Un policial clásico, describe esta historia, con un toque sobrenatural, agrega.

Desde  ayer, además, pone los guiones en otra historia del portal de grafonovelas. Con Matías San Juan realiza Juego de sombras, la historia de cinco ladrones que se escapan tras cometer un crimen, y tras sufrir un accidente se esconden en un bosque. «Una casa los encierra y empiezan a pasar cosas extrañas, la idea era hacer que los personajes tengan un lazo muy fuerte y eso se vaya rompiendo con cada capítulo, tiene algo de Lost, de un modo u otro», analiza.

Entre pantanos, ciudades nevadas y casas cerradas, sus personajes suelen padecer el aislamiento. A diferencia de ellos, Connelly eludió el encierro creativo al que su propia mano parecía condenarlo y puso en marcha sus relatos.

9 comentarios »

  1. Si vas a trabar un fulbo. Tenes que estar preparado para caerte.

    Comentarios por oenlao — septiembre 11, 2011 @ 12:52 pm | Responder

    • No hay necesidad de semejante comentario desubicado. Comente sobre el autor, sobre el trabajo, sobre la nota misma, pero no se haga el gracioso con un accidente que le complicó la vida al autor y le dificulta dedicarse más al dibujo.

      Comentarios por Alguien con dos dedos de frente — septiembre 11, 2011 @ 7:55 pm | Responder

  2. Qué ganas tengo de leer esta novela gráfica.

    Comentarios por Javier — septiembre 11, 2011 @ 9:20 pm | Responder

  3. Perdon, no resisti la tentacion. Parece una buena historia y sin dudas muy buenos dibujos. Por ahi lo compro.
    Tiene razon Don dos dedos…

    Es un problema cuando el guion termina acotandose por las paginas, por el estilo del dibujante o por otras razones. Aunque a veces puede mejorar ante esas trabas.

    Comentarios por oenlao — septiembre 12, 2011 @ 1:06 pm | Responder

  4. Hola Andrés, primero, gracias por esta buena entrevista. Segundo… No entendí muy bien lo que quiso decir Oenlao (¿Qué quiere decir Fulbo? ¿Es una broma?), igualmente, nunca me caí, soy una persona muy persistente. Tercero, Javier, ojala DGMW llene tus expectativas.
    Saludos.

    Comentarios por Damián Connelly — septiembre 12, 2011 @ 2:41 pm | Responder

    • Tiene un argumento atrapante y encima los dibujos de Berliac. Estoy ansioso…

      Comentarios por Javier — septiembre 13, 2011 @ 11:23 pm | Responder

  5. Debe ser uno de los tipos con mas pilas y ganas de producir que conoci en este mundillo. y eso no es poco.

    Comentarios por Diego Simone — septiembre 12, 2011 @ 7:12 pm | Responder

  6. Damián no escribe guiones, escribe historias, algo que muchos guionistas no hacen. Fue un placer haber trabajado en este libro, me dio mucho gusto dibujarlo, dar rienda suelta a una gráfica bien salvaje, que se adapte al tema de la novela. Podrá no satisfacer a los amantes del trazo perfectito y «profesional», pero qué se le va a hacer: este libro está lleno de barro, de pantanos, pasto y madera. No hice el mejor dibujo que pude: el dibujo hizo lo mejor de mí.

    Un abrazo Andrés y gracias por hacerme el aguante siempre.

    Comentarios por Berliac — septiembre 14, 2011 @ 9:24 pm | Responder

  7. […] juego de sombras, con guión de Damián Connelly y dibujos de Matías San Juan, es una historia de terror bien clásica y (al menos hasta el […]

    Pingback por Una “de miedo” y otra “de ladrones” para leer más historieta digital « Cuadritos, periodismo de historieta — marzo 21, 2012 @ 10:00 am | Responder


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