Un año de crecimiento

¿Cuáles son los números del sector?

«El problema de la escena de la historieta argentina es lo poco que se publica», asegura Diego Marinelli, periodista de Clarín, en su blog Todo es historieta. Algo similar desliza Rodrigo Martínez en Tinta de Historieta. Con respeto, cabría preguntarle a ambos qué entienden por «poco». En relación a qué plantean una idea de cantidad siempre difusa y relativa, según desde dónde se la mire. Ciertamente Argentina no es Francia, Estados Unidos ni Japón. Ni siquiera es España. Pero, ejerciendo el periodismo especializado, parece miope desconocer el crecimiento sostenido que viene teniendo el sector y, sobre todo, este buen 2009 editorial. El lector astuto ya lo habrá adivinado: este es el balance de fin de año del sector.

Las viñetas en estadísticas

Por si alguien supusiese que el buen año profesional de quien suscribe es lo que tiñe de optimismo este balance, conviene anotar algunos números, cosa de debatir con fundamentos. ¿Cuánta historieta nacional se publicó en 2009? Según un relevamiento de Cuadritos en 2009 se publicaron en Argentina alrededor de 75 libros de autores nacionales. De esos, al menos 25 corresponden a material nuevo. Los demás se reparten entre recopilaciones de historietas clásicas y de obras publicadas muy recientemente en otros medios (diarios y revistas como la Fierro).

Además, en todo el país circulan alrededor de 10 revistas de historieta. Sólo en Capital Federal es posible encontrar la mencionada Fierro, Comic.ar, Los López, Deux historieta del mundo, y Yogurt de Macedonia. Pero en el interior también se distribuye Todo bien (San Juan), Papalú (Tucumán), La Duendes (Patagonia, que llega a Capital recopilada en los tomos de la editorial homónima) y, desde hace unas semanas, La murciélaga (Córdoba). Dentro de este paquete cabría incluir, también, la bestial antología Ignatius tenía razón y la revista Fuego, a la que la desaparición del prometido apoyo estatal afectó sensiblemente.

Edén, de Kioskerman, singular belleza poética

Queda considerar que tres de los principales diarios nacionales (Clarín, La Nación y Página/12) lanzaron sus propias colecciones. El primero apostó a Batman y a Mafalda, el segundo a Maitena, y Página/12 experimentó con Continuará.

Si la cuenta de material se extiende a las ediciones argentinas de productos extranjeros (donde destacan Ivrea y Larp con el manga, pero también tienen su cuota Deux y OvniPress), y a las autoediciones (verbigracia: fanzines), entonces el panorama editorial se ensancha aún más y se revela como un sector pujante.

Vale aclarar, eso sí, que este relevamiento es incompleto. Pasa por alto, por ejemplo, buen parte de la producción de Ediciones de la Flor, de Llanto de Mudo y de Ivrea (incorporadas sólo tardíamente a la base de datos del Cuadritos), e ignora cabalmente el trabajo de Puro Comic (Rosario) o de Colihue, pues no se ha podido lograr un contacto con ninguna de esas editoriales. Aunque hay una proyección de esa producción «invisible» incluido en ese «75» del que se habla más arriba, ciertamente la cifra de publicaciones podría ser mayor a la que aquí se comenta.

Por las editoriales

Mayor y menor 2, de Chanti, probablemente sea el mejor libro de historieta para niños del año

Cada sello editorial tuvo su devenir particular. Domus -al menos en teoría- feneció para ser reemplazada por Moebius, que va camino a consolidarse rápidamente y con un perfil claramente orientado al diseño y los productos boutique. Junto a Editorial Común y LocoRabia son, claramente, conforma el grupo de empresas del sector que han tenido mayor ascenso. También hay que considerar como elemento de peso la incorporación de Sudamericana (Random House Mondadori) al circuito historietístico local, con la recopilación de varios títulos locales y la importación de material boutique.

En la columna del «debe», además de Domus, figuran Thalos, que tuvo una irregular campaña y Ex Abrupto, que este año directamente no publicó ningún título, aunque fuentes de la editorial confiaron a este sitio que habrá un importante resurgimiento en 2010.

Por si esto siguiera sin alcanzar a quienes aseguran que «se edita poco», ya hay planes confirmados para publicar el año que viene más de 30 publicaciones, sólo en los primeros meses y sólo por parte de algunas editoriales (muchas prefirieron reservarse sus proyectos editoriales hasta el momento de tener los libros en imprenta). Los detalles al respecto serán publicados el próximo domingo en Cuadritos, en lo que será el primer informe de 2010 del sitio.

Este año también empezó a cobrar fuerza como modelo de negocio la co-edición. LocoRabia la practicó con su par uruguaya Belerofonte, mientras que Llanto de Mudo lo hizo con Ediciones Noviembre. Además, Pablo Muñoz, responsable de Deux, se junto con su amigo y colega Javier Doeyo, para lanzar el sello J-Pop.

Otros signos positivos

Además de la creciente edición de historieta local y la aparición de nuevos actores en escena, deben destacarse otros aspectos importantes.

Rachas es una particular ópera prima de poder expresivo y construcción de climas

Por un lado, el cómic ha entrado definitivamente en las librerías. El proceso es lento y aún falta mucho camino por recorrer, pero los distintos acuerdos sellados por algunas editoriales con importantes cadenas del sector, las jornadas de capacitación a libreros en la materia y la inclusión de la historieta como eje en la Noche de las Librerías son señales de que el proceso está en marcha.

Además, el cacareado y supuesto «desinterés» de los medios por la historieta empieza a mostrarse como un mito pronto a caer, conforme las editoriales aprenden a acercarse a los medios masivos de comunicación. Muy probablemente 2009 haya sido un año de inflexión en este sentido, pues pocas veces se habían leído tantos artículos del tema en los diarios como estos meses que pasaron.

No puede pasarse por alto la consolidación del festival internacional Viñetas Sueltas en el calendario de eventos nacional. Su crecimiento desde la primera edición a la de este año fue monumental, ganando en invitados, proyección, alcance y público. Además presentó muestras de enorme calidad y consiguió un amplísimo impacto mediático.

Otro hecho destacable es la aparición de Comic.ar, que implica no sólo un nuevo espacio de rigurosa regularidad, sino también una nueva fuente de trabajo para el sector que suma a la olla de más de veinte historietistas, entre guionistas, dibujantes y coloristas.

Los recomendados de este sitio

Ernán Cirianni se desató con un libro original e irreverente, de excelente construcción

Quizás aún más ardua que el relevamiento de datos sobre publicaciones fue la tarea de elegir cinco libros recomendables. Trabajo difícil, y complicado aún más por la incorporación a último momento de otros títulos relevantes de flamantes editoriales.

La selección final es inevitablemente caprichosa y sujeta a decenas de objeciones. De las 16 publicaciones en danza, algunas quedaron afuera del grupo final por tecnicismos: bien porque había un libro mejor dentro de su misma categoría o porque su salida tan reciente no dio tiempo a evaluarlos en tiempo y forma, bien porque se prefirió elegir el material más novedoso.

Hechas las aclaraciones, Cuadritos recomienda entre los libros publicados este año: Edén (Kioskerman, por Sudamericana); Grosso Mal (Ernán Cirianni, por LocoRabia); Dora vol. 1 (Ignacio Minaverry, por Editorial Común); Mayor y menor 2 (Chanti, por Sudamericana); y Rachas (Berliac, por La Pinta).

En el camino quedan obras que, no necesariamente, son menores al lado de estas. La lista de preseleccionados la completaron Bajo presupuesto (Caio di Lorenzo), El Síndrome Guastavino (Carlos Trillo y Lucas Varela), F.Mérides Truchas (Daniel Paz), Chiri von Fiesta (Alejandro Aguado), Shloishim (Brian Jánchez), Cena con amigos (Marcos Vergara y Rodolfo Santullo), Nocturno (Salvador Sanz), La burbuja de Bertold (Diego Agrimbau y Gabriel Ippóliti), Bola Triste (Gustavo Sala), y Jim, Jam y el Otro (Max Aguirre).

Dora, de Ignacio Minaverry, parte de una sólida base documental para narrar una de espías

Lo que está en juego

Lo difícil, aseguran quienes saben del tema, no es alcanzar una posición, sino conservarla. El auténtico desafío para el año próximo radica en, por un lado, mantener los avances conquistado y, por otro, alcanzar nuevas metas.

Quizás la más importante entre ellas sea la consolidación del sector como industria, y el actuar del conjunto de los editores con mostrando auténtica conciencia de sector. Por caso, el que la industria no tenga números propios sobre su funcionamiento y que sitios como Cuadritos deban hacerlo en su lugar debería ser un llamado de atención. En la relación entre editoriales y medios, de la que tanto se ha hablado aquí, se avanzó, sí, pero aún queda mucho trecho por recorrer.

Por otro lado, la industria y los lectores se deben una seria reflexión hacia sí mismos. ¿Se desea realmente alcanzar más público y salir del ghetto comiquero para capturar nuevos lectores? ¿El precio de las ediciones se seguirá subsidiando con el magro o nulo pago a los artistas? ¿Está dispuesta la crítica especializada a reflexionar sobre su propio trabajo y sobre la realidad del medio que aborda? ¿El lector podrá mirar la composición actual de la estructura editorial que le interesa y pensar también en torno a esas cuestiones?

Preguntas, al fin, cuya respuesta podrá verse en doce meses, en el próximo balance, en Cuadritos.