¿De dónde salió Gerardo Baró? Geb, como le dicen. ¿Participaba en algún fanzine? ¿Publicaba en algún sitio antes de lanzarse a su primer libro junto al guionista Luciano Saracino? La respuesta a estas últimas dos preguntas es «no», y la primera, se podría atender de tres modos: «de las clases de Oswal», «como ayudante de Poly Bernatene«, o «de la ilustración infantil». Con un libro en la calle (¡Hay que salvar a Tomate!), del cual el año próximo habrá una continuación, y fundó un sitio colectivo de ilustración que dio pie a varios webcomics (Vivo con mi madre). Lo hace, además, con un estilo inconfundible, fruto de un trazo particular y un modo de abordar el color.
¿De dónde salió, entonces, Baró? Según él mismo cuenta, la historieta le gustó «desde siempre», aunque cuando era chico no podía diferenciar el simple dibujo del cómic. «Caí con una Patoruzito en la escuela de Garaycochea. Creo que tenía 13 años y por entonces no había muchas opciones en los medios. Empecé a estudiar con Oswal y se me abrió un abanico enorme, empecé a conocer cosas que no sabía ni siquiera que existían. Fue un quiebre para mí. Y ahí me di cuenta que me gustaba la historieta. Me empezó a movilizar como medio».
Con el tiempo también se dedicó a la pintura. Fue por ese camino que llegó a ser asistente de Bernatene. «Me copaba mucho (Frank) Frazetta y ese tipo de climas, los ambientes de la pintura, el usar mucho color para lograr uno sólo, entonces él vio mi laburo y como estaba buscando asistente, me llamó», recuerda. «Después él me contó que vio que yo apuntaba para su mismo lado, aún sin llegar. Con él aprendí a laburar con Photoshop, que para mí era hacer color plano, y con él vi que se pueden hacer maravillas, ¡está bárbaro fusionar las dos cosas!».
Del paso de la pintura al ilustración le quedó la prioridad de generar sensaciones y climas. Y recurre a un método que otro colega, Juan Sáenz Valiente, había mencionado en una entrevista con Cuadritos: las llaves de color de las películas animadas. «Tenés toda la película en hojas y hojas, es una especie de escala cromática de cómo van a ir cambiando las tonalidades en toda la película», explica, «me quedó muy presente tratar de llevarlo a mi laburo» (more…)