Cuadritos, periodismo de historieta

May 29, 2009

Todos a trabajar (en fanzines)

Tanguy y Al Rabin "curando" una de las obras de la muestra 10x10, de la editorial Atrabile

Tanguy y Al Rabin "curando" una de las obras de la muestra 10x10, de la editorial Atrabile

El puente que une las dos alas del Centro Cultural Recoleta es un lugar ideal para trabajar. Dos enormes ventanales dan paso a la iluminación clara de la tarde de otoño mientras dejan el frío fuera. Aún es temprano, hay luz y falta, al momento de hacer la entrevista, aún una semana para el comienzo de Viñetas Sueltas. En ese espacio fantástico están atareados Caroline Tanguy e Ibn al Rabin (quien nació como Mathieu Baillif). Ella trabaja en el montaje de la muestra 10×10, de la editorial suiza Atrabile, como parte de una pasantía -que la ocupa también en otros aspectos del festival- necesaria para la maestría en Profesiones e Instituciones Culturales de la Universidad de Nantes, Francia. Él prepara su propia obra. De fondo, suena la música lisérgico-circense de La Manzana Cromática Protoplasmática.

Pero Al Rabin no es sólo un expositor, es también uno de los invitados internacionales responsables del taller que entre hoy y el domingo convoca a los visitantes a convertirse en historietistas por un rato: La Fábrica de Fanzines, una actividad que adora y asegura que disfruta hacerla aún cuando la gente no se interese en ella. Aunque claro, es mejor cuando la gente «se prende», reconoce con uno de esos modismos porteños que le encanta utilizar.

Entre respuesta y respuesta, Al Rabin intercambia con Tanguy comentarios rápidos sobre el trabajo de la muestra. El ritmo no se detiene.

«Básicamente es un lugar donde hay una fotocopiadora, y algunos obreros, que seremos Alex Baladi, los chicos de Guacho Comics de Uruguay y yo hacemos fanzines en vivo, y la gente también puede participar y hacer el suyo», explica sobre la actividad. Luego, añade, los originales se exponen en la pared, se regalan ejemplares y una de las copias se cuelga de un hilo «como si fuera ropa tendida». De ese modo, la actividad se convierte «en una mezcla entre performance y muestra artística».

Los resultados, reconoce, no siempre son buenos. «Lo más probable es que sean malísimos, porque se hace todo apurado, no hacemos todo pipí cucú, sino rapidísimo», cuenta. Sin embargo el objetivo no es hacer grandes historietas, sino darle la oportunidad a público, profesionales del medio y fanzineros de hacer algo con sus propias manos, en el momento, por el simple gusto de expresarse.

Dibujar para contar y no a la inversa, la base del minimalismo de Al Rabin

Dibujar para contar y no al revez, el minimalismo de Al Rabin

«Alex -quien tuvo la idea de la Fábrica- hizo fanzines mucho tiempo, luego empezó a publicar profesionalmente y sentía que estaba perdiendo libertad, espontaneidad», cuenta Al Rabin, «la Fábrica le permitió volver al lado más libre, más energético del dibujo». A su lado, Alex puede tener dibujando a niños, adolescentes o colegas que no conocía hasta 15 minutos antes.

En Europa ya realizaron la experiencia más de 25 veces, con todo tipo de resultados. La única ocasión realmente negativa que recuerda fue en la entrada de un centro comercial «donde la gente pasaba rápido, era otoño y hacía frío, más parecía un casting malo». En cambio, en Rusia la actividad tuvo gran éxito: «en 10 días hicimos más de 200 fanzines, la respuesta de la gente fue buenísima».

Tampoco es requisito sine qua non para participar un estilo de dibujo muy complejo. El suizo reconoce que su historieta minimalista lo ayuda, porque dibuja más rápido, pero asegura que sus colegas con técnicas más elaboradas y trabajadas también logran buenos resultados. Sin embargo, él no decantó en esa corriente por la Fábrica de Fanzines. Su vocación por este estilo viene de mucho antes y reconoce raíces en la producción argentina.

«Hace poco recordé que cuando era chico, en mi casa había un libro de Copi, él no dibujaba fondos ni entornos elaborados, de hecho casi ni tenía, ese libro me encantaba, y cuando me acordé de él me di cuenta que siempre me había gustado el minimalismo», relata.

«Tampoco tengo mucha paciencia para el dibujo, ni disfruto el dibujo por el dibujo mismo». ¿Prefiere que la ilustración sea un recurso para la historia y no el relato una excusa para el lápiz?, pregunta Cuadritos. «Exacto», responde Al Rabin, «fue una mezcla de fiaca, interés artístico y gusto por contar una historia».

1 comentario »

  1. […] suizo Ibn al Rabin, autor minimalista y uno de los creadores de la Fábrica de Fanzines que pudo disfrutarse durante Viñetas Sueltas inaugura hoy su exposición de historietas mudas Ibn […]

    Pingback por Breves « Cuadritos, periodismo de historieta — julio 24, 2009 @ 2:02 pm | Responder


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