Cuadritos, periodismo de historieta

febrero 19, 2012

Alcatena a fondo

Filed under: Cómic argentino,Entrevistas — Andrés Valenzuela @ 10:00 am
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"Para mí la historieta de superhéroes no fue tanto una cuestión de fantasía adolescente, sino una puerta abierta a la imaginación"

Pocos dibujantes concitan el respeto de sus colegas como Quique Alcatena. Por trayectoria, dedicación, conocimiento, talento (descomunal) y por su lucidez a la hora de opinar del medio, su voz siempre despierta atención. Tras muchos años trabajando para otros países, 2012 lo encuentra con muchos proyectos para el mercado local. Sus lápices integran el staff de Historietas Nacionales, en Télam, de la revista Comic.ar, del blog colectivo Vivo con mi madre y hasta de un proyecto digital pago aún por publicarse. Además, se acerca una biografía sobre el líder de The Doors, Jim Morrison, y Acero líquido, que recopila uno de sus innumerables trabajos junto al guionista Eduardo Mazzitelli, está entre los más rendidores de la coedición que lo publicó.

De sus trabajos actuales, el de Comic.arEl Zingaro, en el blog, son los únicos que hace en solitario. ¿Representan más sus gustos, entonces? Sólo una parte de ellos, asegura. «Ahí me doy el gusto, sobre todo en Dugong y Manatí de hacer los superhéroes como yo los siento, que no tiene mucho que ver con la modalidad con la que se los aborda hoy», señala. Para encapotados y superpoderosos, Alcatena prefiere una onda «ingenua, muy imaginativa y juguetona, como tenía el género cuando lo abordé por primera vez de chico». Trata, dice, de «recrear todo eso con una sensibilidad de adulto». Ahí calan las referencias culturales y las vueltas de tuerca lisérgicas que viven sus héroes marítimos.

«En su momento había perdido el gusto de hacer superhéroes tradicionales de acuerdo a las modas que imperaban en ese momento, en los ’90 o a principios del 2000. Lo que veo ahora está totalmente fuera de mi gusto. No digo que sea peor, sino que es para otra generación, para una sensibilidad que no es la mía. Así que en Dugong y Manatí, y en menor medida en El Zíngaro, me doy el gusto de hacer un pequeño juego. Zíngaro es más una cosa de capa y espada, de vigilantes en un entorno urbano, pero mezclado con toda una onda vampírica, y el este de Europa».

En El Zíngaro se ve un trazo que es no es el que acostumbran a leer sus seguidores ni los asiduos a su blog. «Es que trabajo muy chico», sonríe, «y tampoco me quiero engolosinar con un estilo que es con el que habitualmente se me asocia, que es más barroco, más detallado». La historieta de superhéroes que más disfruta «tienen un trazo suelto y más libre», cuenta. «Trato de recrear eso dentro de mi capacidad», desliza en un voz en la que no hay ni atisbo de falsa humildad.

"Si tenemos que hacer una historieta de una pyme, ¡que sea de robots! Es la única forma en que me la puedo bancar!", bromea con ganas

Lo llamativo es que Alcatena no considera a estos como su espacio de libertad frente a otros trabajos más pautados por los editores. «Nunca hice diferencia, no las hago ahora y dudo que alguna vez la haga. Me esforcé toda mi vida profesional para que el espacio de libertad coincidiera con el espacio de trabajo por encargo. Otra vertiente, que es la que estoy haciendo para ahora Aeura, con Eduardo Mazzitelli, también es un espacio libre. Con otro estilo, otro acercamiento, pero lo disfruto plenamente». Para ello, reconoce, tuvo «suerte», pues aunque pagó el «derecho de piso» que cualquier otro colega de su generación, su editor de entonces supo estimularlo con guiones más afines.

«Cuando Scutti vio para dónde rumbeaba, él se preocupó por darme guiones que podía disfrutar: de época, medio fantaseosos y demás. Y ya después de mi colaboración con (Ricardo) Barreiro, en el ’86, ’87, hice siempre más o menos lo que a mí me gustaba hacer. Primero con él, luego con Eduardo». El trabajo en conjunto con Mazzitelli resultó particularmente fructífero y se caracteriza por un predominio de las miniseries y unitarios. «Nunca nos interesó tener un personaje, lograr un Dago, ponele», explica. «El de la historieta unitaria es un formato que me gusta mucho porque concentra todo en una sola historia, entonces ponés todo al asador».

Desde hace algún tiempo, Alcatena también hace equipo junto a Luciano Saracino, uno de los guionistas jóvenes que ganan espacio en la escena local. «Lo conocí de casualidad en la casa de Max Aguirre y luego coincidimos en un proyecto de revista que nunca salió», recuerda. «Después lo enganché para hacer la vida de (Jim) Morrison», que saldrá por V&R Editoras como parte de su colección Tragedias del rock. Con el guionista y su compadre Silvestre Szilágyi hacen Ricardito Minipyme en el proyecto Historietas Nacionales, de la agencia estatal de noticias Télam. «Él hace un plantado, yo lo termino, tengo la suerte y la oportunidad, por fin, ¡después de tantos años! de poder trabajar codo a codo con Silvestre».

«Me gusta el trabajo de tira, me gusta que sea un trabajo que pueda llegar a mucha gente, aunque al principio no me entusiasmaba demasiado la primera idea», comenta. «Hasta que bueno, si tenemos que hacer una historieta de una pyme, ¡que sea de robots! Es la única forma en que me la puedo bancar», ríe de buena gana, «así que hacemos una ucronía interesante, aunque buscábamos darle un título un poco más piola».

Silver Age mon amour, o cómo estudiar las historietas que lo fascinan

Durante el Primer Congreso de Historieta Viñetas Serias, Alcatena llamó la atención con una ponencia titulada «La edad de Plata fue de Oro», sobre la Silver Age del cómic norteamericano. No fue su única incursión en el mundo del texto. En la revista Sacapuntas, de la Asociación de Dibujantes de la Argentina (ADA) colaboró con muchos artículos y entrevistas. «Me gusta escribir, pasa que no le he dado tanta importancia en mi vida», señala, «me gusta la escritura crítica, esa cosa ensayística, y además creo que también contribuye».

Alcatena prefiere una onda "ingenua, muy imaginativa y juguetona"

«A mí me sirvió mucho para aprender a dibujar el reflexionar sobre lo que me gusta. No decir solamente porque me sale así o me gusta porque me gusta. ¿Por qué me gusta esto? ¿Y por qué me sigue gustando? En mi caso, hay ciertas cosas que han resistido al paso del tiempo. Yo nunca me quise hacer trampa a mí mismo. Evidentemente debe haber una cuota nostálgica del paraíso perdido de la niñez, pero con todas las salvedades del caso, ¿por qué le sigo encontrando valores estéticos?», se pregunta.

«Eso me ha llevado a pensar sobre esos autores, esos guionistas, y ver qué hacían y qué se sostiene hoy. Por otra parte, tiene que ver con una idea de la historieta que es la que yo tengo, aunque capaz a primera vista no parecería ser así. Pero a mí me gusta la historieta como vehículo de comunicación popular: que llegue a la mayor cantidad de gente posible. Y los cómics de esa época buscaban llegar a mucha gente. Buscaban llegar a los chicos de una forma muy digna, que a mí me abrió la cabeza. Siempre digo que para mí la historieta de superhéroes no fue tanto una cuestión de fantasía adolescente, del superhombre, de superar ciertas cosas de tu vida, sino una puerta abierta a la imaginación. Personajes extraños, mudnos raros, monstruos, villanos. Un carnaval permanente y fascinante. Yo no me enganchaba tanto con Superman en su doble rol de Clark Kent y de superhombre, sino con Kandor y el Mundo Bizarro. Todos esos conceptos que que los autores sacaban de la galera».

Esas ideas, advierte, son las que aún alimentan a la industria. «Fue una época muy particular y los creadores eran tipos que seguramente lo hacían sólo por oficio. Seguramente hay cosas muy buenas ahora, pero en mayor o menor medida, al menos en el género superheroico, veo una carga muy grande con eso que se hizo hace tantos años. Quizás por eso no me interesa tanto lo de ahora», evalúa.

Todas esas reflexiones, «esa cosa teórica», como la llama, trata de plasmarlas en cada página que hace en su estudio del barrio porteño de Caballito. «Quiero disfrutar cada página, pero también que valga por sí misma. Y quiero entender por qué hago lo que hago y por qué debo poner lo que pongo. Que sea una elección consciente».

Color local

Últimamente hay mucha edición de tu obra en el país, ¿qué está pasando?

– Nada, que hay mucha edición local en general, y no sólo de mi obra. Ojalá hubiera más cosas, más revistas. Pero está bueno esto. No sé si será una primavera del cómic u otra cosa.

Las ideas de la Edad de Plata aún alimentan a la industria

La pregunta, entonces, cae de maduro, ¿qué situación ves?

– Veo que hay mucha gente interesada en la historieta, pero no hay industria. Bueno, esto de Télam puede llegar a ser interesante. Es otra vez los diarios, la posibilidad potencial, pero posibilidad al fin, de llegar a mucha gente. De llegar en papel a la gente. Lo de los libros está bien, pero en general no los encontrás en los kioscos, son más caros, y los compran los que ya están interesados en el medio. Por supuesto que a uno le gusta tener su libro, pero todavía no veo un renacimiento de la historieta en cuanto a posibilidades de trabajo concreto para dibujantes y guionistas. Que puedan trabajar de eso más o menos dignamente y llegar otra vez a un público interesante en números. Quizás ya no lo vuelva a ver, ¿no? No tengo nostalgia por la época de las revistas, que ya fue. Pero quizás se puede volver de a poco y de alguna forma a recuperar el público lector. Hay que pensar bien lo que uno saca. Fierro ya hizo un tanto y tiene un buen número de lectores. Comic.ar es más errática porque no tiene regularidad, cuesta mucho hacer una revista. Pero a lo mejor faltaría una revista más. No sé qué, porque el editor que la sacara tendría que ser muy inteligente para saber con qué salir.

En el debate muchas veces algunos reclaman el regreso de las revistas de aventuras, ¿no hay una cuota de nostalgia en eso?

– Eso es pura nostalgia. Yo digo que habría que tener editores muy piolas que pensaran bien qué sacar, que seguramente no será D’Artagnan, ni Skorpio, sino algo pensado para esta época. Tampoco Fierro, que tiene un público muy especial. Con los libros, en general, no se piensa mucho si hay un público. Hay mucho narcicismo en el asunto. Pero es un poco la modalidad que veo que tienen los historietistas ahora, considerarse primero artistas y decir «tomen mi obra si quieren o no, a mí no me importa», antes que tomarlo como…

¿… un oficio?

– Pero desde lo más noble del oficio, no como un término despectivo. Yo trabajo de esto, vivo de esto y quiero llegar a la mayor cantidad de gente posible. Hoy hay mucho diletantismo. Que está bien, no lo veo mal, pero no es de esa forma que vamos a llegar a un público más cuantioso. No sé, de la punta de libros que salieron ahora, ¿cuántos habrán vendido algunos?

¿Qué panorma ves desde lo artístico, como momento creativo?

– Hay muchos artistas nuevos que son interesantes. Lo que veo, en general, es que se ha perdido el amor por el dibujo. Por el dibujo bello. Bello en el sentido más amplio de la palabra, ¿eh? No estoy hablando de algo a lo Salinas, a lo Foster. Veo muchos artistas que a lo mejor, qu no está mal porque siempre los ha habido, que buscan que la imagen esté en función del mensaje y no pierden tiempo en arabescos o devaneos estéticos. Pero por otra parte lo que a veces noto es un culto del feísmo por el feísmo mismo. Es una sensación. Como que falta el trabajo bello al que le metés amor y tiempo. Que no significa superabundancia de rayitas, de claroscuros o de tramas. Por ejemplo, lo que hace Lucas Varela es sintético, pero es bello. Lo que hace Fernando Calvi es sintético, pero bello. Pero después hay otros, muchos, que no les veo horas de tablero. Tampoco les veo ganas de pasarse horas en el tablero. Pero eso es una impresión personal, capaz me equivoco.

"Se ha perdido el amor por el dibujo bello"

¿Será producto de tener que vivir de otra cosa, también?

– Seguramente. Pero digamos que el artista se busca la vuelta para estar en el tablero las horas que necesita aunque tenga que trabajar de otra cosa. Se le quitan horas al sueño, horas de juerga para dibujar, si realmente te gusta. Pero es verdad lo que vos decís, al no haber, o no existir más el oficio del historietista eso es una cosa que se ha perdido. Mucha gente no lo tiene. No los estoy culpando. Pero este estado de cosas que vos decís hace que la búsqueda vaya para otro lado. Yo quiero más gente que le guste el dibujo. Por eso me gusta Salvador Sanz, aunque también hay otros.

Muchos autores de la edad de Sanz están eclosionando recién ahora. Décadas atrás se llegaba a esa madurez antes, ¿verdad?

– Claro. Eso es por un cambio de vida en nuestro gremio. Lo que deploro un poco es algo que antes no existía tanto, y es que se han dado como bandos o camarillas que buscan como erigir lo que a ellos les gusta como la regla. Por interés o por espíritu hinchapelotas. Hay el bando de tal o el bando de cual. La historieta así, o asá. Los viejos, los jóvenes, los modernos. Esa es la forma de ver la historieta, la que corre. En vez de decir que bueno, que puede haber mucha historieta, muchos estilos. No hay uno que sea la regla.

¿Pero eso no aparece también en las críticas de lrctores, cundo algunos esgrimen el “esto no respeta la tradición de la historieta argentina”?

– Es verdad. Pero también lo ves en los jóvenes descalificando lo que se hizo antes, simplemente porque se hizo antes. Entonces tenés dos cosas, la descalificación del joven y a los viejos horrorizados porque nos hemos apartado de ciertos cánones. Y no. Ni una cosa ni la otra. Antes no sé, había mucha más camaradería. La gente que trabajaba para la primera Fierro es la misma que en su momento trabajaba para Columba y para Record. No había bandos. Pero esta cosa se fue exacerbando con los años. Jodieron mucho ciertos egos. El tema de los egos es mortal. Y lamentablemente, como cualquier colectividad artística, el narcicismo y el ego están a la orden del día.

18 comentarios »

  1. complimenti, un bell’articolo e suprattutto un grandissimo artista.

    Comentarios por Luca Lorenzon — febrero 19, 2012 @ 10:29 am | Responder

  2. Maestro total. Pasan los años y sigo aprendiendo de vos, sigo estando de acuerdo en (casi, jeh!) todo. Qué alegría leer una nota o un reportaje tuyo. Un genio sos. Eso.

    Comentarios por dginevra — febrero 19, 2012 @ 11:00 am | Responder

  3. Gran nota. Un tipazo y un profesional en serio, con mucho amor por lo que hace. Siempre se puede aprender más de Quique.

    Abrazo!

    Comentarios por Gerardo Baró — febrero 19, 2012 @ 4:58 pm | Responder

  4. Iluminador Quique como siempre, muy buena entrevista.

    Comentarios por sobrehistorieta — febrero 19, 2012 @ 5:28 pm | Responder

  5. Gracias Andrés por esta hermosa entrevista.
    las palabras de Quique siempre son motores que llenan de energia querer esforzarse , un hermoso ser sin dudas.

    Comentarios por german cufre — febrero 19, 2012 @ 5:35 pm | Responder

  6. Bella entrevista. Para pensar en muchas de las cosas que Quique dice.

    Comentarios por Loris Z. — febrero 19, 2012 @ 7:05 pm | Responder

  7. Sir Quique Alcatena.
    De pie. Está hablando un tipazo.

    Comentarios por Luciano Saracino — febrero 19, 2012 @ 9:18 pm | Responder

  8. Grosso total Alcatena. Esta bueno que después de ciertos comentarios que corrieron Alcatena marca clarito que no es un reaccionario del comic ni mucho menos. Espero algún día cruzar palabras con el maestro.

    Comentarios por Arekasadaro — febrero 20, 2012 @ 12:45 am | Responder

  9. maravillosa nota. alcatena es muy claro y concuerdo en casi todo lo que piensa, es un tipo con años de experiencia
    y sabe de lo que habla. habria que hacerle mas caso.

    Comentarios por Roberto Parra — febrero 20, 2012 @ 12:58 am | Responder

  10. Admirable es la palabra que tengo para sus trabajos.

    Comentarios por M. C. Carper — febrero 20, 2012 @ 5:09 pm | Responder

  11. Quiqueeeee: sos lo más!

    Talento, inteligencia y corazón. Sos grande en todo eso.

    Abrazos!

    Comentarios por vinetaseriasa — febrero 20, 2012 @ 6:27 pm | Responder

  12. Salió viñetas serias arriba..pero soy yo: Laura

    Comentarios por Laura Vazquez Hutnik — febrero 20, 2012 @ 6:28 pm | Responder

  13. desde ya decir que quique alcatena es un tipazo, un santo varon y alguien con la cabeza lucida, es decir una perogrullada. En sintesis un grosso

    Comentarios por Roberto Barreiro — febrero 21, 2012 @ 11:43 am | Responder

  14. Buena entrevista. Un gran dibujante, sabe muchísimo del medio y puede hablar horas sobre cualquier tipo de género.
    Un capo.

    Comentarios por José Luis — febrero 21, 2012 @ 4:33 pm | Responder

  15. Muy bueno el reportaje Andrés, excelentes preguntas.
    Sobre algunas discusiones anteriores, en este mismo blog, hay que ver como Quique derrama claridad en algunos temas que suelen considerarse brumosos.
    Un abrazo grande…

    Comentarios por toto. — febrero 28, 2012 @ 8:13 am | Responder

  16. ¡Magnífica entrevista!

    Comentarios por Namorina — marzo 2, 2012 @ 4:24 am | Responder

  17. […] Ante el grabador de Cuadritos, este otrora discípulo de Carlos Trillo no se queda en el análisis minucioso de una de las obras más intensas y discutidas de la nueva etapa de Fierro. También se vuelca a hablar de la multitud de proyectos que lo ocupan desde hace rato: las crónicas culturales en la revista Ñ, su papel como jurado en el Premio que esa misma publicación lanzó, y El maquinista del General, su proyecto actual para la revista que sale cada mes con Página/12. Incluso, hasta acepta adelantar una pizca de una historieta digital que lo tiene ocupado junto a Quique Alcatena. […]

    Pingback por Las maquinarias emotivas de Calvi « Cuadritos, periodismo de historieta — marzo 11, 2012 @ 10:00 am | Responder

  18. […] Pero difícilmente ese bullicio sea el mejor ambiente para escribirle sus fantasías a Quique Alcatena o para explorar distintos géneros en el mercado italiano, donde aún trabaja a buen ritmo pese a […]

    Pingback por “Antes hacía historias innecesariamente complejas” « Cuadritos, periodismo de historieta — agosto 5, 2012 @ 10:02 am | Responder


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