El estudio de Pablo Sapia es chiquito y está atiborrado. Los estantes se le acumulan alrededor del monitor de la computadora y ofician de guardianes de su tablero de dibujo. Así que prefiere hacer la entrevista en su living. Ahí tiene mucha más luz y un cuadro enorme pintado por su viejo (Don Armando Sapia). Sirve café y se pone enseguida a hablar de historieta. De la que rescata en su blog Costalito y de manga, que -asegura- le interesa mucho más que los superhéroes. «Los japoneses tienen mucha variedad, una industria enorme de la que nos llega sólo lo más conocido», comenta. A grabador prendido, sin embargo, la conversación va a marchar por otros carriles: su mirada sobre el humor político actual, su labor como rescatista de incunables de la historieta y los malos términos de su alejamiento como curador del Espacio Historieta del Centro Cultural Recoleta.
Desde hace cuatro años Sapia realiza una tira de humor político en Perfil junto a Demetrio López. «Era A la kama con k hasta que se nos fue Néstor y le cambiamos el nombre por La cámara oculta«, cuenta sobre los chistes que aparecieron pocos meses después de la primera asunción como presidenta de Cristina Fernández. Pese a la línea editorial del medio en que se publica, el dibujante se desmarca y asegura que no se plantean la tira como «humor opositor».
– No nos planteamos como opositores. Hacemos humor sobre el oficialismo, que ahí casi somos los únicos, y humor sobre la oposición también. Hicimos muchísimos chistes con Macri, con Carrió, con Cobos. Creo que es lo interesante de Perfil, que se plantea como un diario independiente. En ningún momento nadie nos bajó línea de decir “no hagan un chiste con fulano”, ni siquiera el año pasado en medio de la campaña.
– ¿En qué se diferencia Cámara oculta del resto de las producciones de humor político en los medios?
– Creo que a veces, me pasa cuando veo Página, que la veo sesgada. Pero hablás con varios dibujantes y tienen una posición política muy tomada. Entonces hacen los chistes desde su propia pasión política. Este es un momento bastante en blanco y negro donde la gente toma partido por uno u otro enbanderadamente. Eso es algo que yo en general trato de evitar. Me parece que más allá de tus ideas políticas personales, si te enbanderás con uno o con otro te estás limitando. Si sos pro-gobierno no vas a hacer chistes con Cristina. Y si estás a favor de Mauricio hacés todos chistes antikirchneristas, que es la sensación que uno tiene cuando lee a Nik o a Daniel Paz.
– ¿Pero el humor político no tiene su rol político y social? (more…)