Rodrigo Terranova define sus personajes con borde rectos, como si tajeara a esos animalitos que luego completa con pequeñas marquitas de tinta. Tracitos que, además, revelan una herramienta algo recargada de tinta, por los pequeños lunares que deja al comienzo de cada línea. Todo lo cual, bien mirado, no hace sino darle a los ambientes y protagonistas de Dos estaciones un tono de extravío, desaliño y locura que calza adecuadamente al guión de Federico Reggiani. El guionista e investigador platense resucitó su propio sello (La Máquina Infernal Ediciones) para publicar este libro, que además es fruto de dos contiendas de «El gran reto de julio«.
A la postre, Dos estaciones resulta una de las historietas más flagrantemente políticas de los últimos años, y también una de las que resiste mejor la obscenidad de los análisis facilistas. El libro propone dos historias: La primavera y El invierno. La primera nos presenta a un tipo que intuimos desequilibrado (quizás por el dibujo de Terranova). Un pobre hombre cuyo mundo se deshilacha porque no consigue conciliar sus recuerdos políticos con los del resto de sus congéneres, mientras busca desesperadamente llegar al velorio del ex presidente Raúl Alfonsín. El invierno, en cambio, se retrotrae a la última dictadura militar, en el que un aspirante a gerente se «entusiasma» en su celo antisindical con la anuencia del gauchito del Mundial ’78.
Ambos protagonistas están extraviados en su propio tiempo. A uno lo miran como si de un pobre demente se tratase. Al otro, como un mero fanático que no puede tomar distancia de la situación. La locura, aquí, parece radicar en la imposibilidad de conciliar el propio libreto político con el del mundo. (more…)